Sospecha

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Frunzo el ceño al tiempo que desactivo la alarma. Abro los ojos soltado un suspiro antes de salir de la cama, enciendo la luz para poder ver claramente. Camino con lentitud hasta el baño acariciando mi vientre bajo, desde hace unos días, he iniciado a sentir algo de dolor. Es como si mis órganos fueran empujados poco a poco. Creo que he llegado a esa etapa en el embarazo en que mi pequeño empieza a querer más espacio. Me ducho sin poder dejar de ver el pequeño montículo que ahora hay en mi abdomen antes plano, no es muy grande, quien me vea podría decir que solo tengo algo de grasa de mas en esa área. Salgo de la habitación ya vestido y listo para iniciar el día. Antes que nada, lo primero que hago es comer una pera, fruta que es lo único que puedo comer por las mañanas que no me haga vomitar o sentirme mareado, además de quitar ese sabor amargo constante en mi boca. Antes de iniciar a preparar el desayuno tomo mis medicinas.

Observo la alacena tratando de decidir que seria bueno para el día de hoy. El otoño ha entrado y en vacaciones es frio y en otras no, quizás algo de avena caliente, pan tostado y huevos con tocino sea una buena elección. Me distraigo preparando todo lo necesario para el desayuno de los trabajadores. Dejo el tazón con la avena sobre la mesa justo en el momento que Steve entra sosteniendo una gran canasta con verduras y algunas legumbres.

— Buenos días— saluda animado.

— Buenos días ¿No es muy temprano para que ya este en eso? — pregunto viendo que el sol apenas y está saliendo.

— Hemos entrado en el cierre de verano, así que para el almuerzo habrá mas trabajadores— dice hacendó que frunza el ceño.

— ¿Cuántos más? — pregunto.

— Hasta ahora éramos veinte porque no había mucho trabajo, pero pronto estará el invierno aquí y no podremos hacer mucho, así que debemos dejar mucho trabajo adelantado— dice mientras deja las verduras en su lugar— creo que serán unos treinta y cinco o cuarenta personas— abro los ojos con sorpresa.

— Son muchas personas— digo pensando en que hasta ahora lo he manejado de alguna manera, pero mas personas significa mas comida y por ende más trabajo.

— Hemos tratado de encontrar a alguien que te ayude, pero las personas que lo hacían ahora están ocupadas, creo que el día de hoy seré tu ayudante— dice terminando su tarea.

— Ya veo— es lo único que digo.

Dejo todo listo sobre la mesa con la intención de dirigirme hacia mi habitación, pero en el momento que pienso dejar algo de carne para el almuerzo fuera del refrigerador, la puerta de la cocina se abre. Mi ceño se frunce al ver a una persona que me ha causado problemas desde el día en que lo conocí, junto a una mujer de mediana edad. Desvió la mirada del rubio hacia el hombre detrás de él. Ruedo los ojos antes de dar media vuelta y seguir con mis cosas, no deseo tener problemas y mucho menos verme envuelto otra vez en una pelea entre Ben y ese chico Billy.

— Oh, han llegado— miro por encima del hombro cuando Steve habla— Daniel, ellos son Billy y Emma, por el día de hoy nos ayudaran en la cocina— comunica el capataz— Emma es la esposa de uno de los marcadores y Billy es amigo de Ben— asiento girando para ver a las dos personas, ignorando al tipo de miel canela que no despega su mirada de mí.

— Buenos días— saludo.

— Eres joven— dice la mujer de mediana edad quien sonríe.

— Un poco— respondo algo incómodo.

— ¿Qué debemos hacer? — pregunta el rubio.

— Ya el desayuno esta listo, solo hay que esperar para organizar todo y preparar el almuerzo— respondo.

My Little HopeWhere stories live. Discover now