Verdades

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- Tengo algo que decirte... -

- Por supuesto, pero primero me tienes que contar lo que ha pasado - Merlina lentamente se separó del abrazo - Aunque no te quiero agobiar, podemos descansar antes - añadió viendo la ropa de la chica, claramente no era suya y tenía algunas partes manchadas de sangre lo cual no la tranquilizaba nada.

Enid asintió y permitió que los demás le dieran la bienvenida incluyendo Goody quien le sonrió amigablemente y a diferencia de los demás no hizo pregunta alguna.

- Eeeeenid~ - no pudo evitar fruncir el ceño cuando la vampira le pasó el brazo por los hombros - Voy a perdonarte por no darme una respuesta en la fecha que habíamos quedado -

- Casi muero... - le recordó.

- Excusas - la vampira le quitó importancia con la mano y le picó la mejilla con su dedo índice - Ahora me debes un favor - sonrió divertida y se alejó, con un gesto teatral se despidió de los cazadores - Volveremos a vernos - dijo dirigiendo su cabeza hacía Divina para luego desaparecer.

Entonces la rubia comenzó a conectar lentamente las piezas.

- ¿Trabajaron con un vampiro? - preguntó mirando a su novia con genuino asombro.

- Fue idea de Goddy - explicó ésta deliberadamente - Además, mira donde estamos, tenerte de regreso vale cualquier tipo de trato -

Enid intentó no ilusionarse con la idea, le resultó imposible, las palabras de su novia fueron el empujoncito que necesitaba para contarle la verdad; aunque Merlina tenía razón, a pesar de los cuidados, se sentía cansada y sabía que la charla no sería fácil así que esperaría a tener la mente más despejada.

Cuando regresaron a la mansión ya había caído la noche, aún así los Addams la estaban esperando y para su sorpresa incluso Morticia parecía aliviada con su regreso. Explicó a grandes razgos lo que había sucedido, algo entre perder la consciencia por el ataque de un lobo y luego despertar en la casa de una pareja de ancianos; esto por que le había prometido a Ajax y Bianca mantener sus identidades en secreto.

También se aseguró de que los ataques que narrara no fueran muy escandalosos, el tiempo fuera lo atribuyó a una contusión por chocar contra un árbol para que de esa forma fuera más fácil explicar su estado actual que no presentaba grandes heridas.

- Enid - una vez en la habitación y ya con las pijamas puestas, Merlina palpó el espacio a su lado de la cama para que la rubia se acercara - Date la vuelta - pidió cuando le obedecieron y con delicadeza pasó la cadena del collar alrededor del cuello de su novia - Gracias a el pudimos rastrearte -

- Creí que lo había perdido - Enid sonrió con cariño viendo el rubí, caía sobre su pecho al nivel de corazón y sabía que el frío metal en unos minutos irradiaría un calor reconfortante - Gracias - dijo inclinándose hacia adelante para poder abrazar a la chica frente a ella.

Fue recibida con gusto y cuando menos se dio cuenta había quedado dormida. Su sueño lamentablemente no fue nada placentero, las pesadillas la seguían persiguiendo; todo era tan real, el miedo en su pecho mientras era perseguida por un montón de cuerpos peludos, en la oscuridad brillaban de vez en cuando unos ojos, unas garras o unos colmillos y cuando la alcanzaron y le mordieron el costado abrió los ojos de golpe.

Miró en todas las direcciones alarmada, pero todo estaba en calma, la habitación estaba oscura y mirando el reloj de pared se dio cuenta que era más de media noche. Respiró hondo y fue ahí cuando notó el brazo que rodeaba su cintura, Merlina a su lado dormía plácidamente con la cabeza recostada en su hombro.

Verla tan tranquila le trasmitió un poco de ese sentimiento y se permitió admirarla, quien diría que alguien que se veían tan linda durmiendo podía cortarte la garganta en un parpadeo. Sintió un sabor metálico en su boca, en medio del sueño habían salido sus caninos razgando su labio inferior lo suficientemente fuerte para hacerla sangrar, aparte, estaba sudorosa.

Sombras Entrelazadas (Wenclair) Where stories live. Discover now