Prima Idéntica

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- Enid - la nombrada detuvo su camino solo por un segundo antes de salir corriendo - ¡Enid! - la rubia aceleró el paso atravesando algunas habitaciones y pasillos, no sabía con exactitud en donde estaba, pero con llegar a la puerta principal se daba por bien servida - ¡Detente! - escuchaba los pasos de Merlina muy cerca a ella intentando alcanzarla hasta que llegó al lobby y se encontró sola.

Dudó un poco antes de cruzar el umbral, su alivio duró nada cuando frente a ella estaba su novia mirándola con escepticismo.

- ¿Qué tal? - saludó con fingida calma y se giró para regresar a la mansión.

- Enid - volvieron a llamarla con un tono dolido y suplicante que le hicieron imposible volver a huir - ¿Podemos hablar? -

- ¿De qué? No tengo nada que decir... - era inútil seguir aplazando lo inevitable.

- Llevas evitándome por más de una semana - respondió Merlina mirándola fijamente, sus oscuros ojos algo decaídos - Siempre que me acerco a ti inventas alguna excusa, por las noches dices que haces pijamada con Divina o te duermes y despiertas más temprano que yo, nuestras conversaciones no van más allá de simples saludos, cuando intento cruzar miradas apartas la cara y nunca estamos completamente solas -

Enid abrió levemente la boca, no había sido exactamente la más sutil mentirosa, pero le impresionó el nivel de atención que había puesto la otra, claro, Merlina siempre había sido buena con los detalles si estos estaban relacionados con sus investigaciones por que a la hora de leer a la gente y entender sus emociones era una inútil, al menos hasta que empezaron a salir y comenzó a esforzarse.

- Lo siento... - murmuró agachando la cabeza.

- Creí que algo te había sucedido y quize darte espacio hasta que te sintieras segura para contarlo - continuó la peli-negra, por la forma en que lo decía era obvio que había preparado sus palabras y llevaba tiempo sobrepensando el asunto - En este momento no puedo evitar preguntarme si soy yo con quien estás molesta ¿Te hice algo? -

- ¿Qué? ¡No! - la rubia negó efusivamente.

- ¿Segura? He aprendido que los errores son oportunidades de crecimiento y si me dices en qué me he equivocado, mejoraré y te brindaré mis más honestas disculpas - la oji-azul se mordió el labio con culpa, merecía cualquier castigo por hacer sentir a Merlina así.

- No hiciste nada, te lo aseguro - tranquilizó dando un suspiro cansado - De entre las dos, es más probable que yo haga algo que destruya la relación -

- No digas eso -

- Es la verdad, sabes como soy - continuó rascando su nuca, insegura.

- ¿Es esto por lo que dijiste en la fiesta? - Enid asintió lentamente - ¿A qué mentiras te referías? - ¿era el momento? ¿Debería confesar todo? Tenía miedo, pero se había dado cuenta que su determinación por mantener la farsa era mucho más débil que cuando se reencontraron - ¿Qué pasó en esa misión? -

Pensó en sus amigos, pensó en su familia y desgraciadamente pensó en Morticia; aún había cosas que quería averiguar. A espaldas de Merlina vio movimiento, su desarrollada visión le permitió reconocer a Divina adentrándose sola en el bosque, si bien la menor no había dado indicios de recordar aquella noche la había notado con un extraño comportamiento, como si estuviera alerta en todo momento.

- Te lo diré todo - volvió la atención hacia su novia -Te lo prometo, sin importar las consecuencias, mereces saber la verdad -

- Es malo - concluyó la menor - ¿Nos separará? - Enid dudó.

- Solo si lo permitimos - respondió al final - Y podre mentir en muchas cosas, pero jamás en lo que siento por ti, mis sentimientos son los más honestos - la peli-negra asintió en silencio - Aún así ¿Me puedes dar un poco de tiempo? - pidió - Necesito responder algunas preguntas «Y prepararme» - pensó eso último.

Sombras Entrelazadas (Wenclair) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora