Eres Cruel

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En el presente Merlina y Enid observaban el techo recostadas una al lado de la otra sobre el edredón negro mientras recordaban sus días en la academia.

- Siempre salías con una idea mejor que la anterior - decía la mayor con una sonrisa nostálgica.

- ¿Cuál fue tu actividad favorita? - preguntó la pelinegra con curiosidad mirándola de soslayo.

- Está difícil, llegó un punto en el que no hacía más que esperar qué se te ocurría y el momento en el que me dijeras "¿Vendrías conmigo? " - recordó divertida mientras pensaba - Probablemente cuando me llevaste al observatorio astronómico -

- Si, saliste dando brincos y la gente nos miraba como si hubieras perdido la cabeza -

- ¡No podía evitarlo! - se defendió haciendo un puchero - Eramos solo las dos en esa sala y tu habías modificado la presentación para que salieran las fechas que querías - aunque ese día fue especial por más razones.

- ¿Aprendiste? -

- Claro, la constelación del cangrejo en 1234 fue cuando Lord Jhosep hizo el bestiario más completo hasta el momento - habló con total seguridad en si misma.

- Te recuerdo que era un escorpión - corrigió la peli-negra cerrando los ojos mientras sus manos reposaban en su estómago.

- ¿Acerté históricamente? - Enid la miró de reojo y detalló su perfil, la luz de la lámpara proyectaba las sombras de las largas pestañas sobre los pómulos y en estos se vio distraída contando las disimuladas pecas que bañaban su mejilla, tal y como había hecho ese día en el AstroDomo cuando aceptó sus sentimientos por esa chica; aunque claro, con 12 años jamás pensó que llegaría a algún lado y mucho menos que sería correspondida.

- Si - concedió la menor ajena a la mirada meticulosa de la otra.

- Entonces se queda como cangrejo - Enid, quien se había girado hasta quedar de costado, observó con fascinación como la chica reía, un gesto ligero y fugaz, lo suficiente para cautivarla.

- No has cambiado nada - cuando la joven Addams levantó los párpados se encontró con los atentos ojos azules - ¿Qué? - preguntó sintiéndose incómoda por la atención de una forma que solo esa chica podía conseguir.

- ... - la rubia tomó aire pensando en si lo que haría sería correcto o no - Quiero grabar en mi mente cada rasgo de tu rostro - declaró causando un hermoso rubor en la otra quien intentó apartarse para no ser observada, se lo impidió tomándola de la mano - En mis sueños a veces faltan detalles -

Merlina tensó la mandíbula, era consciente del gesto avergonzado que estaba poniendo, pero no podía evitarlo, no con la chica que había despertado sentimientos que alguna vez creyó imposibles, no con quien la hizo aceptar emociones que antes despreciaba y no con Enid, la que le había enseñado lo más parecido a amar.

- ¿Ese lunar es nuevo? - le preguntó la mayor con voz profunda, casi seductora, no podía calmar los latidos progresivos de su corazón.

- ¿Cua...? - sus palabras se atoraron en la garganta cuando la besaron cerca a la nariz.

- Estoy casi segura que antes no estaba ahí... - quedaron tan cerca que ambas podían sentir el calor corporal y las exhalaciones de la otra.

- N... No podría... Decirte - estaba tartamudeando y se odiaba por sus creciente nerviosismo, en algún punto de esos dos años llegó a creer que nunca volvería a estar en esa posición, no se había preparado para eso - Enid... - llamó en un susurro e involuntariamente cerró los ojos mientras la otra cortaba la distancia restante.

Fue un beso suave, uno que tanteaba terreno ya recorrido y aún así era cauteloso, los movimientos tímidos e inseguros por el tiempo y la incertidumbre de los secretos no dichos.

Sombras Entrelazadas (Wenclair) Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora