Bocona

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Merlina nunca fue amiga de las fiestas, las únicas a las que asistía por obligación eran reuniones familiares y dependiendo del ambiente acompañaba a sus amigos a pequeñas celebraciones.

El primer evento de ese tipo al que acudió fue a sus 14 años a un baile organizado por la academia de cazadores, claramente arrastrada a regañadientes por Enid, pero del cual no odió cada segundo.

— Admitelo, te estás divirtiendo — dijo la rubia con una risita mientras la jalaba hacia la pista de baile.

— Sigo encontrando estas actividades innecesarias y poco atractivas — respondió dejando el vaso de gaseosa sobre la mesa.

— ¿Enserio? — la mayor tomó la pálida mano por el torso y la guió hasta su cintura mientras la suya se posaba en el hombro de la más baja — ¿Sigues pensando lo mismo? — preguntó divertida al verla nerviosa.

— ... — la joven Addams dudó antes de juntar las manos libres y comenzar un lento vaivén, su padre Gomez desde pequeña la había instruido en el arte de la danza, pero por alguna razón sus pasos eran inseguros y lentos.

— Relájate — Enid sonrió con cariño y cambió sus posiciones convirtiéndose en la guía — Y disfruta — sus movimientos por otro lado eran tan rápidos y desordenados que Merlina no podía seguir el ritmo.

— Enid, no creo... —

— Shhh — la más alta la hizo girar hasta casi perder el equilibrio antes de volver a estabilizarla por la espalda, tenían un par de miradas curiosas por los extraños movimientos y solo cuando la peli-negra obedeció y se dejó llevar pudo acoplarse al tempo.

A la siguiente canción consideró retomar el control, sin embargo al ver a Enid tan alegre y libre descartó la opción y se dejó conducir a lo largo del salón ajena a todo lo que no fueran esos ojos azules.

— ¿Y bien? — una vez a la salida Enid se ponía el abrigo mientras se marchaban del lugar.

— Desagradable... — la rubia contuvo una carcajada, esa sonrisa en la última pieza no coincidía con sus palabras.

— ¿Lo repetirías? — preguntó fingiendo timidez.

— No — Merlina observó como el rostro de su compañera se entristecía con decepción y clavó la vista en el suelo — En un tiempo — añadió pretendiendo no verla.

— ¿Un par de meses te parece bien? — tras un suspiro la peli-negra asintió recibiendo un gran abrazo de agradecimiento — Te quiero —

Ahora en la actualidad, con los chicos reunidos y más grandes se decidieron por un bar en el centro de la ciudad para pasar la noche.

— ¿Cómo me veo? — preguntó Enid girando sobre sus tacones para hacer volar un poco la parte baja del vestido rosa que llevaba.

— Du bist das Schönste, was meine Augen je gesehen haben —

— ¡No es justo! ¡Alemán lo enseñan en los últimos años de la academia! — se quejó la rubia, normalmente los cazadores hablaban en promedio 7 idiomas, pero ella se fue antes de poder perfeccionar algunos.

— Debiste haberlo pensado antes de irte — la peli-negra se encogió de hombros sin importarle el puchero de la otra.

— Aunque con un "hermosa" hubiera estado satisfecha — la joven Sinclair sonrió divertida viendo como el rostro de la más baja se enrojecía — Cambiando de tema ¿Vas a ir así? — preguntó viendola de pies a cabeza, llevaba ropa casual.

— Yo no... —

— ¿Enserio? — la interrumpió levantando una ceja mientras se cruzaba de brazos — ¿Me vas a dejar sola? — cuestionó mientras se acercaba peligrosamente — Creí que extrañarías salir conmigo — prosiguió mientras hacía círculos al rededor de la peli-negra — Pero está bien, encontraré a alguien más —

Sombras Entrelazadas (Wenclair) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora