Vistazo Al Pasado

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Merlina recordaba el día en el que se había fijado en la rubia, probablemente la primera persona en la que reparó entre todos sus compañeros luego de un año con ellos. Se aprendió su nombre no por interés sino por que era difícil de ignorar el apelativo cuando todos los profesores la regañaban mínimo una vez al día y como era de esperar, no fue su idea acercarse.

- ¿Por qué no le ayudas? - sentada en el comedor de la mansión de Brooklyn, Morticia intentaba persuadir a su hija de 8 años.

- ¿Por qué lo haría? - respondió la menor con desinterés mientras tomaba en sus manos el tenedor y cuchillo de plata pura.

- Esther, su madre, me pidió que hablara contigo, eres la mejor de la clase - la mujer sabía que era una petición difícil - Me parece una buena forma de crear lazos con tus compañeros cazadores -

- Estoy bien por mi cuenta -

- Pequeño escorpión, en el campo de batalla no estás sola - intervino el padre con calma - ¿Cómo crees que hemos sobrevivido a tantas misiones? -

- Son los mejores - respondió convencida de que la destreza y el talento era todo lo que se necesitaba para conseguir la victoria.

- Por favor considéralo, el trabajo cooperativo es una cualidad de, como has dicho, los mejores - y dicho eso, la mujer que acababa de terminar la cena acomodó con delicadeza los cubiertos en el plato antes de retirarse de la mesa.

Morticia no podía culpar a su hija, era la imagen viva de su versión más joven, siempre autosuficiente y reacia a apoyarse en otros; aún así la vida se había encargado de enseñarle lo equivocada que estaba de una forma cruel y no quería que la historia se repitiera.

Para su alivio, Merlina si tuvo en cuenta sus palabras y la semana siguiente, en la clase de tiro con arco empezaron a interactuar.

- Lo estás haciendo mal - fue su modo de saludo, al parecer demasiado repentino por que el arma salió volando de las manos de la propietaria junto a un grito asustado.

- ¿En qué momento enseñan a caminar como fantasma? - la rubia recogió el artefacto y entonces se dio cuenta de quién le había hablado- ¿Acaso eres...? -

- Sabía que no eras muy brillante, todos me conocen - la mirada hastiada y el tono aburrido de la más baja la hizo fruncir el ceño, pero no era como que pudiera pelearse con la hija de la líder.

- Apariencia y actitud memorable - masculló sacudiendo la cabeza - Sé quién eres, solo me tomaste por sorpresa -

- Lo estás haciendo mal - repitió la peli-negra pidiendo que le mostrara la forma en la que disparaba y luego de caminar alrededor se preguntó cómo iba a ayudar a esa chica, era un caso perdido - Espalda recta, tienes que poner fuerza en el abdomen, el codo está muy abajo, la flecha va del otro lado, te vas a lastimar los dedos, levanta el arco... -

La chica intentó seguir las indicaciones aunque estas se arremolinaran en su cabeza y cuando trataba de arreglar una cosa parecía empeorar dos bajo una mirada para nada impresionada.

- Olvídalo, eres terrible - sin decir más, la joven Addams se dio la vuelta de regreso a su posición dejando a una muy confundida rubia quien sin intención soltó la flecha en su dirección. La puntería de la que había carecido desde su admisión pareció tener compasión de ella en el peor momento y de no ser por los rápidos reflejos de la menor le hubiera atravesado la cabeza ahí mismo.

- ¡Oh Dios mio, lo siento! - se disculpó soltando el arco y corriendo apresuradamente hacia ella ignorando las exclamaciones de sorpresa de sus compañeros - ¡No fue mi intención! ¡No quería...! -

Sombras Entrelazadas (Wenclair) Onde as histórias ganham vida. Descobre agora