— Yo...

— Déjame terminar. — Lo interrumpí alzando la mano. — Si es que has venido hasta aquí para terminarlo todo, lo entenderé. Pero quiero que sepas que todo esto jamás fue con intenciones de herirte y que los momentos a tu lado fueron los únicos en mi vida que los sentía verdaderos.

Nick apretó los labios en una fina línea.

>> Yo me encontré a mi misma contigo, Nick Roux. Y ya no importa si decides marcharte, sé que jamás podré olvidar nada de lo que me hiciste sentir. Siempre te estaré agradecida.

Cuando las palabras dejaron mi boca, sentí que volví a respirar después de un mes. Le permití a mis lágrimas salir, ya las había retenido por bastante tiempo.

Faith me había aconsejado, que en estos momentos debía dejar que mi cuerpo se expresara, y si necesitaba llorar me lo permitiera. Porque estaba bien hacerlo, desahogarse. Si dolió, dolió.

Él apretó los puños a sus costados y se acercó un poco más a mí. Dejando una corta distancia.

— En este mismo momento, no hay otra cosa que desee más que besarte. — Confesó.

— ¿Y por qué no lo haces? — Pregunté entonces mirándolo a los ojos.

Él soltó el aire, frustrado. — Porque mira lo que te he hecho. Estás destruida, has pasado por un infierno este mes y yo no estuve ahí. Yo te dejé, Electra. — Dijo aparentemente enojado consigo mismo.

— Yo te mentí...

— Me mentiste y jamás te dejé explicarme el motivo. — Interrumpió. — Un beso, jamás sería capaz de compensar la falta que te he hecho. Mereces más, muchísimo más.

No sabía como reaccionar a lo que me había dicho ¿Qué significaba?

— Entonces... ¿Qué? — Pregunté desesperada.

— Déjame decirte que este último mes, estuve destrozado, enojado y extrañándote. Al principio no entendía nada de lo que había pasado y descargué mi rabia contigo. Fui un cobarde al escaparme, y tú una de las personas más fuertes que conocí por salir a buscarme. — Dijo.

Mi corazón latía desbocado ante su confesión. Aún no podía creer que lo tenía frente a mí, diciéndome todas estas cosas.

>> Estuve muy equivocado, y realmente lo siento muchísimo, Electra. Debí haberte escuchado.

— Te extrañé. — Respondí sonriéndole.

— ¿Puedo abrazarte? — Preguntó.

Yo no respondí, directamente fui hacia él y nos envolvimos en un duradero abrazo, mezclado de respiraciones ahogadas y lágrimas.

Sus manos se movían lentamente de arriba a abajo, acariciando mi espalda. No había nada más reconfortante que su tacto.

En ese momento donde le poníamos el fin a la distancia entre nosotros y nuestros corazones. Me sentí en paz.

Se separó del abrazo con cuidado — ¿Nos sentamos a hablar mejor?

Asentí con la cabeza llevándolo al sillón para estar más cómodo.

>> Así que... ¿Una Firelook eh?

Bajé la cabeza instantáneamente. — Sí, soy la hija de Thais y Cedric.

— Siempre estuviste oculta del mundo... ¿Por qué? — Preguntó como si la curiosidad estuviera por matarlo.

— Debido a mi seguridad, mis padres querían esperar a que fuera adolescente para presentarme a la prensa. — Expliqué. — Pero no salió como esperábamos.

Con tu AusenciaWhere stories live. Discover now