Capítulo 24.

18 3 3
                                    

                                                                Nick Roux:

Último día de campamento, me gustaría poder decir que las cosas mejoraron. Pero mentiría. Seis días y seguía siendo un simple ayer, me sorprendía como mi propia mente podía ser mi enemiga. Haciéndome pensar la mayoría de las noches en ella, solo en ella.

Aun así, comencé a salir más del cuarto. Compartí momentos con mis compañeros e incluso lograron convencerme de jugar un partido de fútbol con ellos.

Estaba entonces en la última gran fogata, con un vaso de cerveza y la mirada completamente vacía. No me gustaba sentirme así, algo adentro de mí dejaba bien en claro que ya no quería estar lejos de Electra. Que mi reacción fue estúpida y debería de llamarla para asegurarme que esté bien, pero algo me detenía.

Nick: sabes cómo está?

Bella: está destrozada, hace días no me responde. Pero Nick también tienes derecho a estar mal.

Me mordí el labio, nervioso.

Nick: por qué no nos lo dijo?

Bella: eso no me corresponde contarlo, pero si te sirve de consuelo... La razón lo justifica todo.

El aire abandonó mis pulmones. Mi mayor temor era precisamente que la razón justificara la mentira, porque entonces sabía que cuando ella me explicara me sentiría como idiota por haberme enojado e ido. La pierna se me movía incontrolablemente.

Llámala, imbécil.

Abrí los contactos y busqué su nombre. Presioné llamar.

Justo en ese momento Max se abalanzó sobre mí para quitarme el celular, cosa que logró y cortó la llamada.

— ¿¡Qué se supone que estás haciendo!? — chilló — Hicimos un trato, ¿recuerdas?

— Nada de escribirle o llamar a Electra hasta terminar el campamento — respondí soltando un suspiro.

— Te está consumiendo, amigo — aportó Félix acercándose a Max.

— Hoy es la última noche, mañana por la mañana ya volveremos. Da lo mismo — contraataqué.

— Sé que temes por su bienestar, pero también importa el tuyo. Si le escribes ahora o la llamas no te hará bien — explicó Max sentándose en el tronco junto a mí.

— ¿Estás sugiriendo que vaya a Estados Unidos? — pregunté mirando las enormes llamas frente a mí arder.

— Yo creo que es la mejor opción, este tema deberían hablarlo en persona. Y dudo mucho que la mejor opción sea que ella venga — añadió Félix encogiéndose de hombros.

Asentí derrotado. Tenían razón, una llamada no bastaría. Tendría que tomar medidas distintas si realmente quería escucharla hablar. Quería hacerlo mirándola a los ojos.

— Ya... — me limité a responder.

Max me pechó — Camille estuvo preguntando por ti.

Miré a mi izquierda, a unos pocos metros había otro enorme tronco acostado con varios de mis compañeros sobre este, entre ellos estaba Camille. Una chica robusta de pelo rojo chillón y ojos tan verdes como los míos. Cuando me observó me sonrió tímidamente mientras agachaba la cabeza.

— ¿Camille? — dije confundido volviendo mi mirada a Max.

— Le gustas desde inicio de año, Nick — dijo Félix mirándola — Y lo hace bastante evidente.

— ¿Y qué preguntó?

— Si estabas bien... Y si estabas soltero — respondió el moreno.

— ¡Wow! No perdió el tiempo — exclamó Félix con una sonrisa — Me gusta.

Agaché la cabeza sin tener una respuesta. La verdad es que no estaba soltero... ¿O sí? De todas formas, involucrarme con alguien más siquiera podía cruzarme la mente, quizá porque ya estaba ocupada.

— Oye, no tienes por qué hablarle si no quieres — agregó Max.

— No lo voy a hacer, es linda, pero no es mi tipo — aseguré.

— Tu tipo son las morochas de pelo corto y mentirosas — bromeó Félix.

— ¡NI SE TE OCURRA HABLAR DE ELLA DE ESA FORMA! — le espeté fuera de mis casillas. Me levanté del tronco enfrentándome a su figura.

— Lo siento, amigo — Félix se echó hacia atrás. Sorprendido.

Mis compañeros alrededor me miraron con asombro sin disimulo alguno, claramente no era una persona que se caracterizaba por enojarse con facilidad. Avergonzado, me dejé caer sobre el tronco.

— Oye Nick. Quizá aún no debas hablar con ella — dijo Max levantándose del tronco para, acto seguido, marcharse tras Félix.

Me llevé las manos a la cabeza dejando caer la cerveza.

Las horas pasaron y yo seguía en la misma posición que antes, con la ansiedad recorriendo cada fibra de mi cuerpo. Quería regresar a casa, hablar con mi madre e irme a New Jersey, sin embargo, me sentía completamente paralizado. Porque estaba completamente aterrorizado de lo que estaba esperándome allí. Estaba tan perdido, vagando en algún lugar que parecía ser un laberinto de ilusiones rotas, ya nada era igual. Como si hubiera estado en una especie de simulación estos últimos meses que la encontré... Ya nada podía sentirse normal. Nunca pensé que esto podía arruinarme de tal manera, hasta el punto de sentir que vivía en automático.

— Se cayó tu cerveza — una voz suave me hizo alzar la cabeza.

Camille se hallaba frente a mí, con ambos brazos en su espalda, balanceándose nerviosamente de un lado a otro.

— Oh, no la estaba tomando de todas formas — sonreí por inercia.

Ella se sentó junto a mí, a una distancia prudente.

— Nunca te había visto tan destruido... ¿Quieres hablar? — preguntó amablemente con la vista derecha al fuego.

Me encogí de hombros — Mal de amores — resumí.

— ¿No has hablado con ella aún? — me miró curiosa.

Negué con la cabeza.

>> Bueno, es una Firelook. Está ocupada. Pero yo estoy aquí... 

************************************************

Nota de la autora:

¡Hola a todos! ¿Cómo están? Espero que muy bien.

Otro capítulo corto de Nick, los siguientes serán más largos. Lo prometo.

Nick está pensando seriamente en viajar a Estados Unidos... ¿Pero, será esa su mejor opción?

¿Y Electra? ¿Cómo sigue viviendo su separación?

Supongo que lo sabremos dentro de unos días...

Redes sociales:

Instagram: @fiore_tomorrow

TIKTOK: @fio_mattswife._

Twitter: @fio_tomorrow

Con tu AusenciaWhere stories live. Discover now