CAPÍTULO 02 parte 1

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Solo veo pasar los días y en mi mente va creciendo la idea de irme de aquí a veces cuando me asomo por la ventana al exterior solo veo bosque y me asusta un poco, su inmensidad me llena de recuerdos, vienen a mi memoria las experiencias de aquel verano traumático que pase en el curso de verano en la escuela. Donde compañeros me desnudaron y me echaron cada noche fuera de las cabañas, pasando varias noches desnuda en el bosque, esas noches no podía dormir por los aullidos de los lobos y el miedo al inminente peligro. Jamás se lo platique a mis padres ya que con tanto esfuerzo me enviaron ahí para que pudiera disfrutar y aprendiera. Por esa razón me da miedo escaparme no porque me guste estar con él señor a que me golpe y me viole siempre que quiera, sino porque me da miedo salir al bosque.

Todos los días hago diferentes actividades de limpieza de la casa, entre lavar la ropa, pisos, paredes, sabanas, hacer la comida, entre otras. La casa es pequeña solo tiene la estancia de la cocina, comedor y sala, baño completo y por último una habitación. Debo reconocer que el señor quiere siempre todo limpio y ordenada la casa, hace días me dio un camisón que me llega a las rodillas, ahora ya tengo con que cubrir mi desnudez, siento cólicos y sé que mi periodo empezara en los próximos días, no sé cómo, pero tengo que agarrar el valor para decirle que ocupo material para mi menstruación, no sé si se vaya a enojar, es muy malhumorado.

Termino de preparar la comida y arreglo la mesa para que venga a comer a regañadientes me sirvo mi comida en el plato para comer junto con él, todos los días cuando él come yo como en el piso como un animal, me tengo que aguantar mi coraje, mi vergüenza al ser tratada de esa manera tan humillante, jamás me imagine ser tratada así, ni siquiera cuando trabaje en el restaurant o en el bar con personas borrachas me trataban de esa manera como hasta ahora.

Voy camino a la habitación cuando la puerta se abre.

-Señor la comida está servida.

-Espero este buena.

Se pasa de largo y me encamino detrás de él, toma asiento y espera que me ponga sobre mis rodillas y me autorice a comer.

-Te quedaras sobre tus rodillas y no comerás hasta que te lo ordene.

-Si señor.

El empieza a comer y en varias ocasiones me mira de reojo, está revisando que le obedezca y no ingiera comida hasta que me lo ordene. Al terminar de comer, gira con su silla a un lado y este me indica que me acerque. Se baja los pantalones y su ropa interior.

-Hoy se me antoja tus labios en mi polla, hazlo profundo, si lo haces bien te permitiré comer.

Abre un poco más sus piernas lentamente mientras que yo me acerco a él, no quisiera, pero ayer no me permitió comer todo el día, porque no estaba seca la ropa de cama, yo no tenía la culpa sin embargo me castigo. Empiezo a introducirlo en mi boca hasta donde puedo y siento la necesidad de vomitar y me retiro, pero al parecer no está de buen humor como siempre, me toma del cabello y me empuja hasta el fondo, mis lagrimas se asoman en mis ojos por la profundidad de su miembro dentro de mi boca, empieza a moverse mientras me sujeta de mi cabeza y empieza a bombear rápido y muy profundo así pasan uno minutos hasta que se detiene.

-Ponte de pie y levántate la playera.

Me limpio las lágrimas y hago lo que me ordena, me voltea y me posiciona boca abajo sobre la mesa y así se introduce duramente empezando a bombear de inmediato, me duele y arde cada vez que lo hace pasado los minutos se va aminorando el dolor y ardor hasta que empiezo a lubricar mejor, mis pequeños gemidos-quejidos se sincronizan con los gruñidos de él, me entierra sus uñas en mi cadera empezando a bombear aún más rápido si fuera posible hasta correrse dentro e hinchándose. Se recarga en mi espalda y se acerca en mi oído.

Secuestrada por un Hombre LoboKde žijí příběhy. Začni objevovat