CAPÍTULO 01 parte 4

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Ya me duelen los brazos de tanto tallar el piso, siento todos mis dedos y brazos entumecidos, estoy por terminar de limpiar lo último que me ordeno, cuando escucho la puerta abrirse.

Entra a la casa y casi puedo ver el humo que desprende de lo enojado que se encuentra, cuando me visualiza avanza hacia mí con paso apresurado y me toma por el tobillo y me arrastra hasta la sala donde está más espacioso una vez ahí tirada en el piso intento alejarme un poco de él y se queja, aunque su quejido se escucha más un gruñido, cuando se empieza a bajar los pantalones trato de gatear rápido para alejarme de él, me vuelve a jalar hacia su cuerpo tomándome del tobillo y sin más me penetra. Grito por la invasión tan brusca, quiero alejarme de él, pero me tiene fuertemente agarrada de la cadera, se empieza a mover lento pero profundo y cada vez va aumentando la velocidad a rápido y duro. Grito, niego, me quejo, no importa lo que haga èl me ignora hasta que se corre dentro de mí, cuando ya baja su hinchazón se retira me dice.

-Volverás a lustrar este lado también, no dormirás hasta terminar todo.

-Si señor.

Digo más como susurro que palabras, gruñe y se va su habitación a encerrar. Esta noche será larga, sé que no dormiré.

Va saliendo el sol de un nuevo día y yo voy guardando los ingredientes del almuerzo y ordeno la mesa para que pueda sentarse almorzar, pienso un momento y decido no servirme mi comida lo hare hasta que termine de comer para yo comerlo de manera normal. Mis planes se vienen abajo cuando se siente en su silla y desde ahí me dice.

-Sírvete comida y ya sabes cómo debes comer, comerás cuando yo te ordene y como lo ordene.

-Si señor.

Avanzo lento y me sirvo mi porción de comida lo pongo en el piso, tardo tanto tiempo que pienso que se enojara conmigo, pero no, no despega la mirada de mi hasta que ya estoy en el suelo sobre mis rodillas y poco a poco voy comiendo. Una vez terminamos de almorzar se levanta y se retira.

Anoche no dormí nada, apenas terminé de volver a lustrar el piso de toda la casa cuando ya estaba amaneciendo por lo que me puse a hacer todo el almuerzo. Me está ganando el sueño por lo que me asomo al exterior de la casa por la ventana y no lo veo en los alrededores así que aprovecho y me duermo un ratito en el sofá.

Siento un jalón de cabello que me tira al piso y grito.

-Mujer floja, nunca te dije que podías descansar.

Me presiona el hombro fuertemente me arrastra hasta llegar a una esquina de su habitación, donde tiene ahí ropa en el piso.

-Lavaras todo esto a mano y más te vale que este limpio.

Tomo las prendas una por una sosteniéndolos sobre mis brazos y me grita fuerte en el oído.

- ¿Cómo se dice?

-Si señor.

-Que no se te olvide, maldita niña.

Me patea fuertemente la pierna y se vuelve a retirar, escucho sus pasos que se detienen en la sala. Tomo cada prenda que hay y camino al baño a lavar la ropa, cuando estoy por llegar me dice.

-Debajo de lavabo esta todo lo que ocupas, si te portas bien te daré recompensare.

No espera mi respuesta cuando ya no se encuentra dentro de la casa, tomo todo lo que ocupo para lavar la ropa y me lanzo al baño a mis labores. Cuando por fin lavo toda la ropa lo cuelgo en un rack de tubo de tuberías que se encuentra en el baño, también las playeras y camisas están en ganchos para optimizar espacios. Y lo demás lo extiendo en una base de tubos que está dentro del baño que sirve para colgar los pantalones y ropa interior.

Me siento fatal, estoy muy cansada y demasiado sueño, me arrincono en una esquina de la regadera y me duermo ahí. Estoy descansando muy bien cuando siento agua caer y me despierto. Es él que se encuentra bañándose en el baño, está completamente desnudo cuando se percata que estoy despierta y lo estoy observando.

-Estas muy sucia, tú también límpiate, no te quiero sucia cuando te penetre, eso es asqueroso.

-Si señor.

Me levanto un poco y espero que el suelte la esponja y le agrego más jabón y me tallo fervorosamente cada espacio de mi cuerpo.

-Toma también límpiate el cabello. Apesta a grasa.

-Gracias señor

Cuando permite que me enjuague todo el jabón y mi cuerpo se encuentra limpio.

-Híncate.

Me ordena y sin decir nada lo hago, me encuentro vulnerable como para incitarlo a que me de algún golpe.

-Abre la boca y hazme una buena mamada.

Desde mi posición su miembro se encuentra justo en mis ojos, trato de verle a sus ojos, pero solo frunce el ceño.

-Ya escuchaste, tienes algún problema con eso.

-Señor y no sé cómo se hace eso.

Digo lo más bajito posible, me da asco y vergüenza lo que me está pidiendo, jamás he intimado con nadie y este señor me esta ordenando hacer algo que jamás lo he hecho con ningún otro hombre, no tengo idea de cómo hacerlo. Abre un poco sus ojos ante mis palabras.

- ¿Es la primera vez que haces una mamada, con cuantos hombres has tenido sexo?

-Con ninguno señor, solo con usted.

Empiezo a escuchar un pequeño gruñido que sale de él y eso me da mucho miedo y me encojo, quiero llorar. Pero me trago mis lágrimas y mis lloriqueos.

-Solo abre tu boca y chupas como si comieras un dulce, solo no muerdas, lo introduce todo y lo retiras.

Él toma su miembro con su mano y me indique que lo haga. Con manos temblorosas lo tomo y poco a poco empiezo hacer lo que él me indico, el señor desprende de su miembro un sabor un poco dulzón, escucho como gime y gruñe. Me toma por la cabeza y no deja que me retire por lo que se me dificulta respirar y derramo lagrimas pasan segundos hasta que me jala del cabello alejándome y acercándome otra vez a él, el lleva el ritmo de cada penetración de mi boca aumentando la velocidad, trato de ser cuidadosa de no apretar mi mandíbula para no morderlo porque fácilmente me golpearía en mi rostro.

-Abre más tus labios, tus dientes no, solo los labios, estoy por correrme y quiero que te tragues todo.

Siento su ritmo aumentar y trato de hacer lo que me ordena, cuando siento un líquido caliente salir de su cuerpo dentro de mi boca hasta llegar a mi garganta, me lo trago todo; empiezo a ver su miembro hincharse un poco y se retira para no hacerlo dentro de mi boca.

-Ahora lame todo mi miembro y mis testículos.

Hago todo lo que me ordena, al terminar sale de la regadera toma su toalla y se va a su habitación, dejándome bajo la lluvia del agua del baño, termino de limpiarme y al no tener otro lugar a donde ir, me arrincono y duermo un rato, antes de la hora de la cena. 

Secuestrada por un Hombre LoboWhere stories live. Discover now