35. Afectado por la noticia

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Elvis

Desde que Pilar salió del hospital, nos hemos quedado en casa de mis suegros, algo a lo que ella se negó, pero no le he quedado de otra, tengo que trabajar y estará mejor cuidada al lado de sus padres.

El fin de semana fue demasiado largo para mí, no tener a mi pequeña conmigo y a Pilar quejándose a cada momento por haberla traído aquí, hicieron que viviera un completo infierno.

Salgo a trabajar más temprano de lo usual, dejando a Pilar dormida para no tener que escucharla quejarse por dejarla sola en casa de sus padres, realmente no comprendo qué le molesta si la tratan como una princesa, solo debe levantarse para ir al baño.

—¿Te vas tan temprano? —se lleva la taza de café humeante mientras me observa con dureza.

Me encuentro con mi suegro en la sala. Me detengo por educación.

—Buenos días, tengo mucho trabajo acumulado, que tenga un feliz día —sigo mi camino y justo antes de llegar a la puerta lo escucho.

—No destruyas este matrimonio como lo hiciste con el anterior. Si muy tarde te diste cuenta que mi hija no era lo que pensabas y además la dejas embarazada, no puedes simplemente sacudirte tu responsabilidad, asúmela como un hombre —me exige con molestia.

—¿Así como lo ha hecho usted? se de sus amantes en cada ciudad a la que va, hasta un par de bastardos tiene, hasta supe que uno de ellos tomara la presidencia de la empresa familiar, ¿por qué no Pilar? podrá ser muy caprichosa y malcriada, pero en su trabajo es la mejor.

La tasa se revienta en su mano, salpicando su ropa de café, los restos de vidrio caen esparciéndose por el suelo. Se me acerca como toro enojado dispuesto a matarme.

—¿Qué sucede? ¿Qué es todo ese escándalo? —su esposa baja las escaleras de prisa.

—No es nada —responde entre dientes— ve al comedor, en un momento estoy contigo —le pide.

—¿Te vas tan pronto? —me pregunta al pasar por mi lado, viendo el maletín en mi mano— a Pilar le haría bien desayunar contigo.

—Trataré de llegar temprano y poder cenar con ella, gracias por cuidarla en mi ausencia, se lo agradezco suegra.

Pasa su mirada de mí a su esposo y sigue su camino al comedor.

—Respeta a mi hija, de lo contrario te enseñaré hacerlo, no permitiré que te estés revolcando con una cualquiera mientras que mi hija está postrada a una cama con tu hijo en su vientre.

—Usted me enseña a cuidar de su hija y yo le enseño a su esposa las otras familias que tiene y sus planes con la empresa —me le quedo viendo directo a los ojos, demostrando que no juego.

Me doy media vuelta y salgo de la casa. Sí así empezó mi día, no me quiero ni imaginar cómo terminará. Subo a mi carro y me voy al terreno en construcción, me encargaré de supervisar esta construcción, es la primera de mi pequeña compañía y quiero que sea todo un éxito.

El trabajo estuvo bastante pesado, los cuatro no nos ponemos muy de acuerdo con ciertos detalles. Al final logramos llegar a un punto medio y decidimos ir a comer a un restaurante cercano.

—¿Cómo sigue Pilar? —pregunta Víctor mientras esperamos por nuestra comida.

—Mientras esté de reposos estarán bien, estos serán los ocho meses más largos de mi vida

Todos se ríen, a su parecer soy demasiado dramático, pero ellos no tienen ni idea de lo que significa lidiar con Pilar y sus hormonas.

El resto de la tarde fue a supervisar los materiales que estaban llegando y de tener todo lo necesario para la siguiente fase del día de mañana, ya son pasadas las 6 de la tarde cuando empezamos a despachar a los obreros a su casa, por hoy no hay nada que hacer, aún nos hacen falta algunos permisos para continuar.

Me despido de los chicos y me voy a casa de mis suegros a continuar con mi tortura personal.

Al llegar a la casa veo varios autos estacionados al frente, al parecer hay reunión familiar.

Me tomo mi tiempo para llenarme de paciencia y relajarme, esta familia no es para nada fácil de tratar.

Entró a la casa y todos me saludan con hipocresía, es algo que les brota de los poros.

Veo a Pilar sentada en medio de la sala rodeada de su familia. Me acerco a ella y dejo un beso en sus labios, hace que me siente a su lado.

—Cuenten cuál es la buena noticia, ya estamos todos.

Exige la tía chismosa de Pilar.

—Estoy embarazada —suelta de un grito Pilar.

Se nos acercan felicitándolos y mi suegro sirve unos vasos de su Whisky favorito para celebrar.

Rosmery se encuentra junto a Óscar y su cuñada conversando. Espero que pueda mantenerse lejos del radar de Pilar, me duele mucho la cabeza para escucharlas gritar.

—¿De cuántos meses estás? No se te nota para nada —comenta una de sus primas.

—La próxima semana tendré dos meses. Elvis y yo decidimos avanzar al siguiente nivel, ansiamos que sea un niño, dentro de unas semanas sabremos y podremos confirmarlo —cuenta emocionada.

—Lo planificaron tan bien que Elvis reboza de alegría —comenta Rosmery— recuerdo que con Alana reunió la familia de Madelen y le hizo una fiesta sorpresa y ni te cuento cuando se enteraron del sexo de la niña, cuando llego a casa por primera vez con su bebé en brazo parecía que alucinaba.

—Pero a diferencia de tu amiga, Elvis ha decidido seguir adelante formando una familia conmigo. En cambio ella es una solterona frustrada que nunca podrá volver a tener una familia.

Rosmery suelta una carcajada como una loca desquiciada, Oscar la toma del brazo y trata de tranquilizarla para que no comience una pelea.

—Déjame darte una muy buena noticia, este fin de semana Steven y Madelen se han comprometido, dentro de unos meses comenzarán los preparativos, para la siguiente primavera estarán celebrando su boda.

Nos suelta de pronto principalmente para herir a Pilar, pero creo que de los dos soy el más afectado, nunca pensé que enterarme de esta noticia me afectaría tanto.



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Ahora Elvis se siente afectado por la noticia. Es que provoca darle una cachetada.

¿Qué opinan ustedes?

Mi amor de primaveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora