29. Despedida por mentirosa

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Madelen

Rosmery, en un intento de calmar los animo, hace que suba al carro de Steven mientras que ella conduce mi carro y nos encontramos en el restaurante de papá, le tienen preparado una sorpresa a mi princesa.

—Tanto Elvis como Pilar saben lo mucho que te desestabiliza este tipo de situaciones, no sigas dándole el poder —coloca su mano sobre mi pierna y me guiña un ojo— ya deja esa cara de gruñona, si no lo haces, tendré que resolverlo yo y es posible que no lleguemos a tiempo a la sorpresa.

Me quedo viendo sorprendida, nunca imaginé que él se jugara de esa forma, aunque con lo sucedido en casa de sus padres debo esperar cualquier cosa de su parte. La mano que tiene en mi pierna, la va subiendo con un suave toque, al llevar un vestido, este se va deslizando hacia arriba, cuando está a punto de llegar a mi centro, lo detengo sintiendo mi respiración pesada.

—Aquí no, mejor esperemos a la noche —le propongo.

La luz del semáforo cambia a verde y continua el recorrido al restaurante. Steven saca conversación para evitar que piense en lo ocurrido, me habla de sus padres y en lo mucho que esperan nuestro regreso.

—En dos semanas debo viajar para allá, a supervisar la pastelería, quizás podamos planificar viajar juntos y pasar el fin de semana con ellos.

—Me parece una idea genial, le avisaré a mamá esta noche.

Llegamos al restaurante y entramos los cuatro juntos al lugar, está toda la familia reunida que al vernos gritan al unísono "Felicidades", lograron dejarla sorprendida, el lugar está decorado con globos y un gran letrero de felicitaciones.

Papá ha cerrado el restaurante al público, lo que nos da libertad de "alocarnos", como dice Rosmery, colocan música y servimos la comida, el señor Gregory hace un brindis conmovedor.

Lamentablemente, Steven y el señor Gregory se marchan después del almuerzo, ya que tienen trabajo que hacer.

Valeria y Rosmery se quedan conmigo para recoger la mesa, mientras que papá y Alana van por helado.

—Cuéntanos, ¿cómo van las cosas con Steven? —Valeria me pregunta apenas ve a papá salir.

—¿Ya disfrutaron del delicioso? ¿Qué tal es? —Rosmery y sus preguntas indiscretas.

—Vamos bien, es un hombre muy atento y paciente, ha sabido manejar las cosas con Elvis y se lleva bien con Alana, que es lo que más me importa —respondo sin dar detalles.

—No es fácil abrir tu corazón una segunda vez, pero cuando es el indicado no hay miedos que te frenen —Valeria coloca su mano sobre mi hombro, transmitiéndome la calma que necesito.

—¿Si me vuelvo a equivocar? —pregunto sintiendo el temor recorriendo mi interior.

—¿Sientes con Steven los mismos temores que con Elvis? —Niego a su pregunta— las mujeres tenemos un sexto sentido que nos alerta del peligro, confía en él.

—Tienes la ventaja de que sus padres te quieren — me recuerda Rosmery.

—No siempre fue así, en la secundaria ellos no me querían con su hijo, esperaban que Steven estudiará en el extranjero y temían que yo me interpusiera o que él decidiera renunciar a ello por mí, su mamá buscó el modo de separarnos y que el siguiera con los planes —les cuento— lo más absurdo de todo es que él no me había confesado su amor ni yo a él, quizás éramos muy obvios a la vista de los demás.

Quizás, si ellos no se hubieran entrometido, él y yo seríamos pareja desde hace mucho. Recuerdo lo mucho que lloré en esa época, sabía de sus sentimientos hacia mí, pero nunca me atreví a dar ese paso y su madre temiendo que esos sentimientos se hicieran reales... lo mando lejos de mí. Guarde la esperanza de algún día encontrarnos y empezar lo que dejamos pendiente, pero llegó a mi vida Elvis, me hizo olvidarlo y me enamore.

Mi amor de primaveraWhere stories live. Discover now