Capítulo 17| Terror en la jungla

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Mike Wheeler| La Jungla

Los obligaron a ponerse de rodillas, sus manos ardían debido a la presión que la soga ejercía en sus muñecas, Mike se recriminaba por haber bajado la guardia, si tan solo hubiese estado más alerta se habría percatado de aquella emboscada.

— Veamos ¿a quién mataremos primero? — Reía Ámbar — Si tan solo pudieran los demás distritos votar ahora mismo, sería un juego más interesante.

— Sí, pero podemos divertirnos de otras formas, podemos hacer que corran y quien logre esquivar nuestras flechas será el ganador.

— ¡Están enfermos! —Chilló Will con furia.

La chica rodó los ojos mientras le propinaba una patada en sus costillas para que se callara.

— Ahora me gustaría divertirme un buen rato con ustedes, no saben lo mal que me hicieron pasar estos días, solo deseaba cortarles la garganta todas las noches y ahora comenzaré contigo —Lucas se acercó a Will y le desató ambas manos para luego tirarlo al piso — Veamos que tanto puedes aguantar...

Las pupilas de Mike se contrajeron de miedo al ver como Lucas alzaba el cuchillo en lo alto para después bajarlo con demasiada velocidad hacia el cuerpo de Will. El ojiverde alcanzó a sostener el punzo-cortante con su mano derecha, pero se había hecho daño con el filo.

La sangre corría y Lucas no desistia de la idea de clavarle su arma, Will tampoco cedía y seguía cortándose la palma de su mano derecha.

— ¡Ya basta! — Gritaba Mike al ver como Will soltaba leves lágrimas de dolor, las risas de ambos tributos le taladraban la cabeza — ¡Voy a matarte hijo de puta!

Y entonces ambos pararon, miraron divertidamente al chico que lanzaba chispas de furia de los ojos.

— Oh ¿lastimamos a tu noviecito? —Se burlaba Lucas caminando hacia él lentamente — Que pena, pero veras como muere delante de tus ojos.

Mike tomó impulso para levantarse y comenzar a correr con las manos atadas, Ámbar se sorprendió por aquello y ambos aliados salieron disparados detrás del ruloso.

— ¡Se nos escapa!

Will sentía como sus manos temblaban del dolor, pero no podía rendirse y menos ahora que sentía a Mike en peligro. Se acercó a una de las mochilas que había allí y sacó de ella un vendaje, rápidamente lo cocolo en sus manos.

Luego, tomó el set de cuchillos de Mike y emprendió la carrera hacia donde se había ido su amado, con suerte lo encontraría antes que los profesionales.

El ojiverde siguió los sonidos de la naturaleza, pues la oscuridad de la noche no le dejaba ver nada, temía por que esas asquerosas panteras hubiesen regresado, pero no creía a los del capitolio capaz de acabar unos juegos de esa manera.

Y entonces chocó de lleno con algo demasiado duro, su espalda tocó el suelo de tierra y se quejó de dolor. Will creyó que era Mike, pero un gruñido le confirmó que efectivamente no lo era.

— Lindo gatito — Susurraba nervioso, sus ojos apenas se adaptaron al entorno cuando un muto enorme se posicionó frente a él.

Aquella pantera lo miraba en posición de ataque, lo estaba acechando y no despegaba su vista por nada del mundo.

Will creyó que iba a morir cuando vio que sus patas delanteras se flexionaban preparado para saltar, cerró los ojos con fuerza, pero el impacto nunca llegó.

La pantera saltó al tributo solo para salir corriendo hacia algún lado de la jungla.

¿Acaso no lo había visto? ¿Estaba demasiado escuálido como parecerle apetecible? o ¿por qué no lo había atacado?

Los Juegos Del Hambre | BylerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora