Capítulo 06| ¡Qué empiecen Los Juegos del Hambre!

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Mike Wheeler| Rastreadores

El chico del distrito 6 se había levantado temprano ese día, los juegos empezaban a las 10 de la mañana y el ya estaba desayunando a las 7.

El azabache prefería no pensar mucho en que en pocas horas empezaría una de las masacres más crueles en el baño de sangre, pero de algo estaba seguro, no se dejaría intimidar.

Se sirvió una generosa cantidad de comida asegurándose de que no fuera demasiado como para dolerle el estómago, quería sentirse lleno para aguantar más tiempo sin comida, pero no quería estar indispuesto en los juegos.

— ¿Listo para ir hacia el aerodeslizador?

Su mentor le sacó de sus pensamientos, fijo su vista en el reloj digital encima de la cocina 8:30 am marcaba, ¿En qué momento pasó el tiempo tan rápido? Pensó.

— ¿Y Evangeline? — Se atrevió a preguntar al notar que no se había aparecido por allí.

— No podrán ir juntos a los juegos, ella la llevaron antes a una sala diferente para que pudiese comer algo y prepararse, después de todo solo puede haber un ganador ¿no? — El adicto a la morflina se dio la vuelta sin dejarle decir algo más.

Mike se levantó para seguirle, el camino fue muy silencioso, lo cual agradecía pues quería tener tiempo para pensar, al estar dentro del elevador su mentor comenzó a hablar.

— Escucha... no sé cómo será la arena, tampoco puedo asegurarte si lo que necesites estará allí, pero te puedo dar un consejo.

Mike se sorprendió un poco por aquello, era la conversación más larga que había tenido con su mentor desde que se habían conocido.

— No vayas al baño de sangre.

Los oscuros ojos de su mentor se clavaron en los suyos, parecía decidido y ¿preocupado? Mike no supo descifrar que más pretendía decirle con esa mirada, aún así no decistío de su idea, estaba seguro de querer entrar a la cornucopia.

— No lo haré — Mintió.

Las puertas del elevador se abrieron y frente a ellos ya los esperaba un aerodeslizador. Mike camino fuera sin dirigirle ni una otra mirada a su mentor cuando sintió que le tomaron del hombro con rudeza, su mentor lo giró para quedar frente a él.

— Yo... no digo esto a la ligera, creelo — El chico frunció el seño, su mentor de verdad estaba afectado, no pudo evitar preguntarse ¿Cuántas veces habia visto a los tributos del distrito 6 irse para jamás volver? — Wheeler, yo sé que puedes ganar.

Mike asintió con confianza, sin saber que más decirle a su mentor — Lo haré.

Unos agentes de la paz guiaron al tributo hacia la enorme máquina, no estaba sorprendido pues había visto millones de veces como su distrito las construía.

Estando arriba tomó asiento donde le indicaron y solo le quedó esperar a que los operadores del Capitolio llegaran hacia cada tributo pidiéndoles el brazo derecho en donde colocaban algo luminoso. Mike no pudo evitar sentirse ansioso, él odiaba las agujas.

— Dame tu brazo.

Se sobresaltó un poco, pero se recompuso al instante, no quería mostrarse débil por una simple inyección — ¿Qué es eso?

—Tu rastreador —Decía la operadora tomando el brazo de Mike para suministrarle el aparato.

El azabache se mordió el labio levemente al sentir el pinchazo y posteriormente el ardor del camino del rastreador.

Los operadores del Capitolio se marcharon de ahí mientras las puertas del aerodeslizador se cerraba para comenzar el viaje. Mike se miraba cada cierto tiempo el brazo en donde parecía no haber pasado nada, no había ni un rastro de sangre o algún agujero.

Los Juegos Del Hambre | BylerWhere stories live. Discover now