ᴍᴜsᴇ © (Borrador de 'Try Me')

19| Castigo pt2

- ''Venga, chama, ya solo te falta hoy. No ha sido pa'tanto, tranquila.''

- ''La cosa es soportar a los chavales''

- ''Mi querida, son puros niños. No te van a hacer ni un rasguño.''

- ''Los adolescentes son el demonios''

A Flora se le escapó una media sonrisa mientras me acompañaba hasta la puerta y me ofreció mi bolsa de los entrenamientos. Miré ésta unos segundos antes de tomarla.

- ''Deséame suerte, porque la voy a necesitar''

- ''Dale, váyase pa'ya, que se le va a hacer tarde.''

Me empujó bruscamente fuera de la habitación, cerrándome la puerta en las narices. Miré el pasillo, que se extendía a la distancia frente a mí. Flora tenía razón: si no me dirigía ya para el campo de entrenamiento, llegaría tarde. Y estaba segura de que Riven aprovecharía esa oportunidad al máximo para hacérmelo pagar.

Mis pies comenzaron a moverse solos, con pesadez. Mi mente se mantenía ocupada en otras cosas, como en la frustración que me provocaba el hecho de tener que aguantar a Riven un día más. Y esta vez con criajos que eran igual de maduros que él, es decir, nada.

La intensa luz exterior me obligó a cubrirme los ojos instintivamente, era muy desagradable y me tomó unos segundos adaptar mi vista. A lo lejos, pude identificar una masa de gente vestida de negro y rojo apelotonados. Esos debían ser los estudiantes.

Inhalé profundamente. Necesitaría mucha paciencia el día de hoy, mucha mucha paciencia, si quería sobrevivir.

Con determinación me dirigí hasta allá. Parecía que estaban muy callados mirando a algo, o más bien, a alguien. Riven se encontraba en el centro, podía distinguir esa vestimenta y cabellera en cualquier lugar.

Me abrí paso entre los estudiantes con bastante esfuerzo, eran bastante más grandes y fuertes que yo. Empujé suavemente a alguno que otro, que me miraban unos segundos y volvían a prestarle atención a Riven, los tenía engatusados.

Mientras luchaba por intentar llegar al centro con Riven, finalmente logré llegar a base de empujones, lo que me hizo perder el equilibrio. Riven, pareció darse cuenta, porque no tardó en tomarme del brazo para colocarme a su lado con un gesto firme.

- Esta es Musa, mi gran compañera. -Me soltó un par de segundos después.

No tenía muy claras las intenciones de Riven. ¿Después de todo intentaría hacer como que nos llevábamos bien? Si estaba tratando de dar una buena impresión a los alumnos basándose en la construcción de una relación de amistad falsa, se le caería muy rápido el circo.

- ¿Solo compañera? -Preguntó una morena.

Todos parecían muy animados. Traían sus trajes puestos ya desde el instituto y portaban sus armas con una fuerza increíble.

Miré a los rostros de aquellos que se encontraban en la primera fila, sus ojos estaban fijos en mí, y eso me hacía sentir... mal.

Riven ignoró por completo la pregunta de la chica y prosiguió su monólogo. Su actitud evasiva dejaba en claro que no tenía intención de hablar sobre eso, en particular.