Capítulo 49

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La tarde que pasó con Dimitri hizo que Marianne supiera cuán afortunada era de estar con Dimitri. Dimitri y ella no hablaron de amor, porque ambos eran conscientes que en un matrimonio arreglado el amor es algo que se cultiva con el paso del tiempo.

Así que esa tarde no hubo declaraciones de permanecer juntos por toda la eternidad, pero sí planes de una vida en conjunto y también una conversación extremadamente satisfactoria sobre el futuro de ambos.

Dimitri le comentó cuáles eran los planes que él tenía para ellos y le pidió, a su vez, a Marianne su opinión sobre estos.

El panorama que planteaba Dimitri era que faltaba un año para que él terminara sus estudios en el extranjero. A su regreso, comenzarían a planear su boda para que se llevará a cabo un año después.

Dimitri le externó su interés en que ella continuara estudiando y que una vez que concluyese Marianne sus estudios entonces planearían tener hijos.

Marianne estaba encantada con el plan, ya que era evidente que Dimitri estaba pensando en ella y planificando el futuro de ambos. Era un plan cuidadoso que dejaba ver el interés que ponía Dimitri en la relación.

Además de platicar sobre los planes a largo plazo, Dimitri y Marianne también comentaron sus inquietudes para el siguiente año. Marianne, por ejemplo, le platicó acerca de su intención de estudiar finanzas.

En su vida anterior Marianne había dejado de lado sus sueños por intentar, en vano, complacer a Evan. En esta nueva oportunidad, lo que le interesaba era sumarse al proyecto de vida de ambos.

Su intención no era ejercer, pero sí estaba consciente que en una familia como los Ivanov su rol consistiría en organizar reuniones informales dentro de las cuales tendría que conversar con los socios comerciales.

Durante los últimos años, Marianne había pensado cuidadosamente qué deseaba de la vida. Y ella sinceramente quería disfrutar de una familia unida, tener un hogar armonioso, un esposo con quien hacer equipo e hijos que también la amasen.

Eran sueños simples pero que la llenaban de añoranza. Y, para lograr esa familia, Marianne sabía que debía contribuir en las relaciones comerciales. En su vida pasada había tenido demasiados problemas con Evan como para poder actuar como su papel lo dictaba. Recordaba Marianne que era poco frecuente que ella y Evan asistieran juntos a reuniones con amigos y socios, y todavía era más raro que ella organizara reuniones.

Sin embargo, Marianne sabía que la función de anfitriona era clave y más aún cuando desde su papel de esposa pudiera relacionarse con las parejas de los socios comerciales. Eran actividades que podrían parecer superfluas, pero que para el ojo entrenado eran claves.

Marianne sabía que la madre de Dimitri tenía dominada esa función y esperaba ella misma lograr ser una esposa que pudiera hablar y entender los negocios familiares.

Marianne quería un hogar pero no sería solo una cara bonita, ella se estaba preparando para deslumbrar cuando apareciera como la esposa de Dimitri.

Ardiente pasión o la villana decide ser felizWhere stories live. Discover now