Kyungsoo

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—¿Apareció de repente en medio de la
sesión de estudio? —Luhan parece estar pasándoselo pipa cuando coge su café. Esta es la primera vez que lo veo desde nuestro incómodo encuentro a principios de mes, y estoy sorprendido por lo bien que está yendo.

No ha habido ningún parón en la conversación, ni resentimiento por mi parte, y parece realmente interesado por lo que está pasando en mi vida.

—Sí —contesto—. Dijo que me traía un café, pero los dos sabíamos que era una excusa absurda. Luhan sonríe.

—Así que Kim JongIn es celoso. ¿Honestamente? No me sorprende. Los
jugadores de hockey están acostumbrados a la agresión. Son grandes machos alfa, que se ponen en plan cavernícolas cuando otro tío intenta robarles el disco.

—¿Y aquí yo soy el disco?

—Más o menos, sí. Resoplo.

—Bueno, que le zurzan. En todo caso,
SOY YO el que debería estar celoso. ¿Sabes cuántas personas le entran? Pasa todo el tiempo, incluso cuando estoy con él. Pero el otro día tuvimos un encontronazo increíblemente satisfactorio.

—Hago una pausa dramática—. Nos topamos con Yehun en el cine de Hastings. Luhan ahoga un grito.

—Oooh. Qué fuerte. ¿Qué dijo? La satisfacción sale de mí.

—Al principio fue muy dulce, pero eso es probablemente porque no se dio cuenta de que yo estaba allí. Se puso a flirtear con él, pero era evidente que no era recíproco, así que cambio de táctica y empezó a hablar de hockey.

De repente se dio cuenta de que yo estaba CON él, y no solo de pie junto a él, y fue como si acabara de entrar en el sótano de un asesino en serie. Horror puro.Luhan se ríe.

—JongIn me presentó como su novio y
te juro que parecía estar a punto de matarme.

—Me pongo alegremente vengativa cuando cuento esta historia—. Después resopló fuerte y se fue a reunirse con sus amigos.

—¿Con quiénes estaba?

—Con unos chicos a las que no reconocí. —Me detengo—. Y Kang. Quien, por cierto, ni siquiera me saludó. Eso no parece sorprender a Luhan.

—Kang piensa que lo odias —admite —. Ya sabes, por lo que pasó con el asunto ese de Twitter.

—Yo no lo odio. —Me encojo de hombros y le doy un bocado a mi muffin de chocolate y plátano—. Pero tampoco me apetece estar con él. No tenemos nada en común.

No se me escapa la forma en la que Luhan se estremece, como si la acusación estuviese dirigida a ÉL. Pero esa no era mi intención. Nosotros dos nos lo hemos pasado genial muchas veces.

En una ocasión, cuando íbamos al instituto, nos quedamos toda la noche de charleta. Ni me acuerdo de lo que hablamos, solo que de repente amaneció.

La melancolía se enrosca en mis entrañas. Echo de menos eso. Aparte de Kawangsoo, no he hecho ninguna amigo más este semestre y, aunque Kawangsoo y yo nos llevamos muy bien, no tenemos la cercanía que solíamos tener Luhan y yo. Como si leyera mi mente, su voz se suaviza.

—Te echo de menos, Kyungsoo. Te echo
mucho de menos. Mi corazón se contrae.

—Yo también te echo de menos, pero…
Pero, ¿qué? ¿No confío en ti? ¿No te
he perdonado? No estoy seguro de cómo me siento ante nuestra amistad, y no estoy preparado para analizarlo con atención todavía.

—Pero creo que es mejor que vayamos así como ahora, poco a poco —termino. A continuación pongo una sonrisa alentadora—. Bueno, y ¿qué has estado haciendo? ¿Qué tal van las clases?

Tu y yo (Kaisoo)Where stories live. Discover now