Kyungsoo

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Me levanto a las cinco y media de la mañana. No por elección, sino porque mi mente traicionera decide que es hora de volver a la consciencia y sumirme en la miseria un poco más.

La humillación de ayer por la noche me da una bofetada en la cara nada más abrir los ojos. La ropa que llevaba sigue esparcida por el suelo. No me molesté en recogerla y tampoco lo hizo Luhan, que llegó a casa alrededor de la medianoche.

«No ha pasado nada. Le gusta otra persona.» Esa fue toda la información que le di ayer por la noche y debió de ver la devastación que sentía en mi cara porque, por una vez en su vida, no me dio la lata para conseguir más detalles.

Simplemente me abrazó, me dio un apretón compasivo en el brazo y se metió en la cama. Ahora está durmiendo pacíficamente,
su mejilla apretada contra la almohada y uno de sus brazos extendido sobre el colchón. Bueno, al menos uno de nosotros estará descansado durante el día de hoy.

Ignoro mi sensatez y miro mi teléfono. Tal y como imaginaba, hay dos mensajes no leídos parpadeando en la pantalla. Con esos dos, la suma total es de cinco. JongIn debe de tener MUCHAS ganas de hablar conmigo.

Imagino que la culpa convierte a algunos chicos en auténticos charlatanes. Una persona inteligente eliminaría los mensajes sin leerlos. No, mejor dicho, borraría su NÚMERO de la lista de contactos. Pero no me siento demasiado inteligente en este momento.

Me siento un estúpido. Un estúpido integral y total. Por invitarlo anoche. Por permitirme sentir algo por él. Por leer los mensajes que no deja de envi… Pero ¿qué coño…?

Parpadeo. Una vez. Dos veces. Tres, cuatro y cinco veces, pero nada de eso aporta sentido a lo que estoy viendo. Ey, soy Luhan. Acabo de enterarme de lo q ha pasado entre tú y Kyungsoo. Te apetece q vaya a tu casa a consolarte? ;)

Mi cabeza se dirige a la cama de Luhan. Sigue dormido como un tronco. Pero ese es, indiscutiblemente, su número de teléfono junto a la hora en la que fue enviado el mensaje. Las 00.16 de la mañana, aproximadamente veinte minutos después de que llegara a casa anoche.

Me quedo mirando su cuerpo dormido, esperando a que aparezca la furia. A que mis entrañas se tensen y mi sangre hierva por la sensación de total y cruda traición. Pero no ocurre nada. Estoy… frío.

Entumecido. Y tan absolutamente agotado, que siento como si alguien me hubiera llenado de arena los ojos. Mis dedos tiemblan mientras aparece el siguiente mensaje:

¿Podemos hablar? Por favor. Pues no, no podemos. De hecho, no quiero hablar con nadie en este momento. No con JongIn, y desde luego no con Luhan. Lleno mis pulmones con una aspiración irregular. A continuación, me levanto y arrastro mis pies hacia la puerta.

Cuando salgo al pasillo, me dejo caer contra la pared, me deslizo hacia el suelo y acerco mis rodillas a la cara. Mi teléfono descansa sobre una rodilla; lo miro fijamente durante varios segundos antes de darle la vuelta e ir a mi lista de contactos.

Quizá es demasiado temprano para llamar a mi padre, pero en París, mi madre estará despierta y probablemente esté preparando la comida en este momento. La sensación de entumecimiento no desaparece cuando marco su número. En todo caso, empeora.

Ni siquiera puedo sentir el latido de mi corazón. Puede ser que ya no lata. Puede ser que esa parte de mí se haya apagado.

—¡Cariño! —La voz de alegría de mi madre llena mi oído—. ¿Qué estás haciendo tan temprano? Trago saliva.

—Hola, mamá. Yo… eh, tengo una
clase a primera hora.

—¿Tienes clase los domingos? — Parece confundida.

—Oh. No, no tengo. Quería decir que tengo grupo de estudio. Mierda, mis ojos están empezando a escocer, y no porque esté cansado. Joder. Adiós al entumecimiento… Estoy a nada de echarme a llorar.

—Mira, quería hablar contigo sobre mi viaje a París.

—Mi garganta se cierra y cojo otra vez aire con la esperanza de que se afloje—. He cambiado de opinión en cuanto a las fechas. Quiero ir antes.

—¿En serio? —dice encantada—. ¡Yuju! ¡Eso es genial! Pero, ¿estás seguro? Me dijiste que igual tenías planes con tus amigos. No quiero que vengas antes por mí.

—Se han cancelado los planes. Y quiero ir antes, de verdad.

—Parpadeo con rapidez, intentando detener las lágrimas que quieren salir—. Cuanto antes, mejor.

Pobre Soo, con esos amigos pa que quiero enemigos.

Volvi ahhh, gracias por leer y por sus estrellitas me hace muy feliz que lean las historias.

Nos leemos en un rato.

💋

Tu y yo (Kaisoo)Where stories live. Discover now