Kyungsoo

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Es el primer semestre de mi segundo
año. Lo que significa que ahora soy Kyungsoo de segundo. Él Kyungsoo de primero, Dios lo tenga en su gloria, permitió que su mejor amigo tomara decisiones por él y que los chicos lo pisaran pero, ¿Él Kyungsoo de segundo? No hará nada así.

No será el felpudo de Luhan ni la distracción de JongIn. N-O: no. Él Kyungsoo  de segundo es un doncel de diecinueve años sin preocupaciones, que ha pasado el verano caminando sin rumbo fijo por Francia. ¿Eso de caminar sin rumbo fijo también cuenta si lo haces con tu madre?

Pues claro que sí, me aseguro a mí mismo. Caminar sin rumbo fijo es caminar sin rumbo fijo, no importa con quién estés. De cualquier manera, un nuevo año es igual a un nuevo «yo». O mejor dicho, una versión mejorada de mi antiguo «yo».

De momento, el nuevo-viejo «yo» está
haciendo la cama en su nueva residencia
y albergando la esperanza de que su
compañero de piso no sea un zorron, un psicópata, o un zorron psicópata.

Intenté convencer a la mujer de la oficina de
residencias de que me diera una habitación para mí solo, pero están reservadas para alumnos de segundo ciclo, así que me toca compartir con un chico llamado Kawangsoo.

Cuando mi padre me ayudó a mover las cosas a la Residencia Hartford ayer, la zona de la habitación de Kawangsoo estaba vacía; pero al volver de comer hoy, me he encontrado cajas y maletas por todas partes.

Así que ahora estoy esperando a que aparezca, porque quiero cumplir cuanto antes con el incómodo momento de las presentaciones. El hecho de tener un nuevo compañero de cuarto me provoca una punzada de melancolía.

No he hablado con Luhan desde abril, cuando le dije que «cortaba» con nuestra amistad. Tal vez, uno de estos días acabemos sentándonos y hablando, pero ahora mismo estoy deseando empezar mi segundo año sin él.

Por muy exasperantes que resultaran las emboscadas de cambios de look de mi madre, lo cierto es que este verano también me enseñó varias lecciones muy valiosas. La primera y principal: confía en ti mismo. En segundo lugar: sé espontáneo. En tercer lugar: la única opinión que importa es la tuya.

Mi plan es incorporar los consejos de mi madre en mi Plan de Estudiante de Segundo, que consiste en divertirse, hacer nuevos amigos y tener citas. Ah, y no estoy pensando en Kim JongIn. Eso es un componente crítico en el plan, porque desde que me encontré con él en el parque la semana pasada, no he sido capaz de quitármelo de la cabeza.

No obstante, estoy orgulloso de mí mismo por mantenerme firme y no ceder. Para mi sorpresa, no sentí ningún enfado al verlo, pero eso no quiere decir que esté dispuesto a confiar en él. Además, ahora soy el Kyungsoo de segundo.

Ya no me deslumbran las cosas así como así.
Si JongIn va en serio con lo de salir juntos, necesito mucho más que una disculpa brusca y una sonrisa sexy. Tendrá que currárselo y apostar más fuerte, eso seguro.

La puerta se abre y mi espalda se pone rígida mientras me giro para mirar a mi nuevo compañero de cuarto por primera vez. Es… adorable. Pero estoy bastante seguro de que no solo el adjetivo «adorable» sería el último que la gente utilizaría para describirlo, sino que si el me llegara a escuchar llamarlo así, me daría una patada en el culo.

No obstante, es el primer adjetivo que me
viene a la mente, porque es como un gran duendecillo. Bueno, si los duendes tuviesen el pelo negro con flequillo rosa, un montón de piercings  y llevaran trajes de verano.

—Hola —dice alegremente—. Así que tú eres Kyungsoo, ¿eh?

—Sí. Y, ¿tú eres Kwangsoo…? El sonríe mientras cierra la puerta a su espalda.

—Lo sé. El nombre no me pega nada. Creo que cuando lo decidieron, mis padres pensaron que de mayor sería un bello y elegante doncel como mi madre, pero muy a su pesar, ESTO es lo que hay.

—Hace un gesto con las dos manos, señalándose de pies a cabeza, y a continuación se encoge de hombros. Sí que escucho un leve acento del sur en su voz, pero es algo muy sutil que combina bien con su actitud relajada. Ya.me cae bien.

—Espero que no te importe todo este lío. He volado desde Atlanta temprano esta mañana y aún no he tenido oportunidad de deshacer las maletas.

—No te preocupes. ¿Necesitas ayuda? —me ofrezco. Sus ojos se llenan de gratitud.

—¡Estaría genial! Pero tendrá que esperar hasta esta noche. He venido solo a coger mi iPad; tengo que ir a la emisora ahora mismo.

—¿La emisora?

—La emisora de radio del campus — explica—. Presento un programa de rock alternativo una vez a la semana, y soy el productor de otros dos más. Estudio Comunicación Audiovisual.

—¡Oh! Eso está guay. Lo cierto es que quería mirar si había algún trabajo para estudiantes allí —confieso—. Estaba pensando en unirme al periódico de la uni, pero el chico con el que hablé me comentó que su lista de espera mide un kilómetro.

Y no tengo ni una gota de sangre deportista o musical en las venas, así que el deporte y la música quedan descartados; y todos los otros clubes que miré suenan increíblemente aburridos. O locos de remate.

¿Sabías que los chicos del grupo de activistas medioambientales del campus pasan sus fines de semana encadenados a los árboles para protestar por todos los proyectos de adosados que se están construyendo en Hastings? Y el año pasado a una chica le cayó un rayo, porque se negó a desencadenarse durante una tormenta.

—Me detengo bruscamente; siento que mis mejillas se calientan—. Prefiero serte completamente franco desde el principio; creo que es mejor que sepas que soy muy parlanchin, a veces no puedo parar de hablar. Kawangsoo se echa a reír.

—Tomo nota.

—Puede que te resulte entrañable algún día —digo con amabilidad.

—No te preocupes, acepto que seas parlanchin. Siempre y cuando tú te comprometas a aceptar mis pesadillas. En serio, son brutales. Me despierto gritando como un poseso y… Es broma, Kyungsoo.

—Su risa ahora está fuera de control—. Dios, deberías haberte visto la cara. Te prometo que no tengo pesadillas horribles, pero sí que me han dicho que a veces hablo en sueños. Suelto una risita.

—No hay problema. Yo hablo durante
las horas de vigilia y tú podrás hablar en
las horas de sueño. Somos la pareja perfecta. Kawangsoo desabrocha una de las maletas que hay en su cama y rebusca en su interior, hasta que saca un iPad con una funda de color rosa brillante. Lo mete en
la bandolera verde militar, lanza  la correa sobre su hombro y me mira.

—Oye, si lo del trabajo extracurricular iba en serio, la verdad es que estamos buscando gente para echar una mano en la emisora. Hay un par de puestos para presentador, pero no creo que los quieras, porque son del turno de noche. Y si estar frente al micrófono no es tu estilo, también necesitamos un productor para uno de los programas.

—¿Qué tendría que hacer?

—Es un programa de consejos sentimentales con llamadas en directo. Lunes por la tarde y viernes después de
comer. Tendrías que filtrar llamadas,
buscar información para los presentadores si quieren hablar de algo en concreto…, ese tipo de cosas.

—Me mira con seriedad—. ¿Sabes qué? ¿Por
qué no te vienes conmigo ahora? Te puedo presentar a Morris, el director de la emisora, y podéis charlar. Me lo pienso, pero no tardo mucho tiempo en tomar una decisión. Kawangsoo  parece majo y no estaría de más hablar con el director de la emisora. Además, quería hacer nuevos amigos, ¿no?
Pues será mejor que empiece ahora.

Uy este Kyungsoo no se la dejara fácil a JongIn jejeje.

Gracias por leer y por las estrellitas.

Nos leemos mañana.

💋

Tu y yo (Kaisoo)Where stories live. Discover now