Capítulo 25

507 74 3
                                    

Llegué a casa con los ánimos por el suelo. ¿Edward decía esto enserio?

—¿Te sientes bien? Te veo pálida, Summer.

—¿Qué? Oh, sí, estoy bien. Muy bien.

—Vale —dijo no muy confiado por lo que respondí—. Si te sientes mal, dime, o a Zack y te ayudaremos.

—Claro, gracias. Voy a... Voy a ir arriba, nos vemos luego, Cooper.

Él me miró extrañado por mi comportamiento pero no dijo nada más y yo subí las escaleras a zancadas para llegar rápido a mi habitación, ya era de noche y Maggie no estaba ahí, pero agradecí tener este momento a solas.

Di vueltas por mi habitación hasta que creí que haría un hueco en el piso por tanto caminar en el mismo lugar.

—Puedo demandarlo —dije hablando conmigo misma—. Si, puedo hacerlo... O podría si no me hubiera dado una fecha límite. Agh, mierda.

Esto es peor de lo que pensé.

Ahora estaba indecisa sobre qué hacer primero. ¿Hablar con Zack? ¿Acaso terminar con él era una opción que yo querría siquiera considerar? Claro que no. Pero también sé el trabajo y el esfuerzo que colocaron todos para llegar a este punto de sus carreras y no podía tirarlo todo a la basura solo por, ¿amor?

Así pasé más de media hora, reflexionando sobre qué opción tomar, y cuando me decidí, sin tiempo para dudar más, me paré frente a la puerta de su habitación y lo llamé con tres golpes.

—Bellota —una sonrisa se formó en su rostro, y eso me hizo sentir como la peor persona, sabiendo que hace poco tiempo discutía conmigo misma sobre terminar la relación—. Sabes que puedes entrar si quieres, no es necesario tocar.

No respondí, y él me dejó entrar. Jugaba con mi sudadera y las mangas de esta, al igual que con mis manos, debido a lo nerviosa que estaba. Bien, ahora era el momento de hacer la primera pregunta con calma.

—¿Estás bien?

—Eso me lo han preguntado muchas veces hoy, créeme.

—Vaya, perdón, solo que cuando saliste te veías diferente y ahora... no sé, ¿pasó algo?

Negué con la cabeza y Zack se sentó en su cama y yo me ubiqué en la esquina de la misma, manteniendo un cierto espacio entre los dos.

—Summer, dime lo que sucede —empezó diciendo con un tono firme—. Sé que te conozco desde hace más de cinco meses, pero aprendí a diferenciar y ver tus cambios de humor. Aparte de ser tu novio, soy tu amigo, puedes decirme por qué estás así.

—No tuve un buen día que digamos.

—¿Cooper te hizo algo?

—¡No, no! Tranquilo, con él está todo bien —lo detuve al ver cómo su expresión facial cambiaba a una menos amigable—. Tengo que preguntarte algo.

Me miró serio, y titubeando hice la pregunta que tanto me rondaba en mis pensamientos.

—¿Acaso tú... planeabas contarme sobre lo que hiciste y pasaste hace más o menos cuatro años?

Zack se tensó de pies a cabeza, pero no me arrepentí de hablar. Era necesario abordar este tema de una vez.

—¿Cooper te lo contó todo? —habló en voz baja—. Summer, lo que sucedió... no tengo excusas, pero no sabía qué más hacer.

—Zack, tranquilízate, por eso te hablo ahora, para que me expliques todo lo que pasó, así como yo lo hice. Y no, Cooper no me contó nada. Me enteré por otro medio, por accidente, para ser exactos.

(NO) Podrás Amarme © [COMPLETO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora