Capítulo 7

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1 Mini maratón 2/2

Mierda.

Comprendí que había metido la pata.

Lo comprendí en el instante en el que nuestro jefe me llamó furioso y me citó a su despacho.

Salí disparada hasta llegar al gran edificio, llamé varias veces al ascensor el cual no quería responder.

Ni siquiera la tecnología está de nuestro lado hoy.

Subí por las escaleras cuando me di cuenta de que el ascensor no iba a llegar a tiempo.

―Señorita Scott ―saludó mi jefe en un tono calmado cuando entré a su oficina después de tocar con mis nudillos en la puerta.

Sabía que estaba de todo, menos calmado, su cara expresaba lo cabreado que se encontraba y yo no entendía bien el por qué me había citado a estas horas de la mañana, nadie se encontraba despierto en casa, eran creo que máximo las seis de la mañana.

―Puede sentarse.

Señaló el sofá y yo me senté, cogiendo la taza de café que reposaba en la pequeña mesa ubicada al frente.

―Me volvieron a llamar ayer, Summer.

Oh, no.

―¿Es verdad que no haz estado yendo?

Me quedé callada, sin responder a su pregunta. Aunque él conocía perfectamente la respuesta.

―Sabes muy bien lo que puede pasarte si dejas de ir.

Desvié la mirada hacia cualquier otro lado.

―Se que duele, pero aún no has completado todas las semanas acordadas.

―¿Un mes no fue suficiente?

―Alguien me comentó que te caíste hace dos días ¿no pudiste levantarte, verdad?

No volví a responder y aquel silencio le desesperó, aunque siguió mostrándose calmado.

―Tu columna vertebral puede seguir empeorando si no vuelves a los tratamientos.

Ahora su voz ya no sonaba tan fría, sonaba como la de un padre regañando seriamente a su hija y sinceramente, yo, en ese momento, me sentía como una cría de ocho años.

―Puede ―respondí cortante.

―Sabes lo que sucederá. Sabes las consecuencias de tus actos, Summer y yo...

 ―Me estoy medicando ¿vale?

―La medicación no es suficiente, debes ir con una fisioterapeuta para que te ayude.

―¿Ayudarme? Recuperé mi movilidad hace tiempo, estoy bien.

―El no poderte levantar de una caída, me indica lo contrario.

Suspiré, cansada por la conversación y me coloqué de pie, no quería seguir escuchando lo que iba a decir, suficiente tenía con mis problemas y con mi madre en el hospital para preocuparme por mi misma.

―Yo me encargaré de mi misma, gracias ―dejé la taza y me dirigí a la puerta―. ¿Algo más que necesite decirme?

―Solo... cuídate. No es solo porque eres mi empleada, me preocupo, lo digo muy enserio.

―Lo haré, tal y como cuidé de mi misma en todos estos años.

Di la vuelta y salí de la oficina, esta vez esperé pacientemente el ascensor.

(NO) Podrás Amarme © [COMPLETO]Where stories live. Discover now