Capítulo 24

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Dicen que el tiempo vuela cuando te diviertes y es lento cuando la pasas mal, yo podía confirmar las dos teorías.

Primero porque otra semana había pasado, en este momento Zack se estiraba sobre el sofá, dejó caer la cabeza hacia atrás demostrando que estaba cansado y no podía culparlo, yo me sentía igual.

Volví a sentir mi móvil vibrar y teniendo una idea de lo que podría ser decidí apagarlo.

—Sabes que puedes hablar conmigo si lo necesitas. ¿No?

No recuerdo cuántas veces Zack había dicho eso en la última semana.

—Lo sé, no tienes por qué preocuparte, estoy bien —en parte era cierto, Zack recostó su cabeza en mis piernas.

Ese es el punto malo del que hablaba, el día que jugamos entre todos y después de la conversación con Zack, los mensajes que recibí en la bandeja de entrada me hicieron irme de espaldas.

¿Y por qué todo este escándalo? La razón era porque se filtró una foto de mi novio y yo, abrazados y como nadie –a excepción de nuestros amigos– sabía de nuestra relación, la gente se volvió loca.

Algunos de emoción por lo que suponía esa foto y otros dedicaban las veinticuatro horas del día para comentar mis fotos y las de Zack con palabras desagradables.

De lo que estaba agradecida era que al momento en que se enteró nuestro jefe de la noticia del momento, nos dio una pequeña charla sobre no ocultarles nada más, aunque al final acabó felicitándonos

Esa era la parte que más me tenía estresada, cada vez que quería salir a dar un corto paseo, encontraba a un reportero esperándome en la esquina para hacerme sus interminables preguntas.

Y por no obviar la parte en que llegaban cartas diarias las cuales Zack me ocultaba para que no me llenará de comentarios ofensivos o algo por el estilo. Claro que Zack creía que yo no sabía lo que él hacía, y preferí mantener la boca cerrada.

Coloqué en pausa todas mis redes sociales y sonreía cuando alguien comentaba algo lindo sobre nosotros. Comentarios que eran mínimos comparados con los malos, pero algo es algo.

—¿Me escuchaste, Bellota? —Zack captó mi atención y soltó una risita al darse cuenta que no lo había escuchado en absoluto.

—Vale, lo admito. ¿Me lo repites por favor? Porfis —supliqué al ver su expresión.

—Te decía que me he dado cuenta de algo —susurró como si nos estuvieran observando, a pesar de estar solos.

—¿Y vas a decirme qué es ese algo?

—No lo sé, tal vez te lo diga si prometes una cosa muy sencilla.

—Suéltalo de una vez, ¿vale? —me desesperé.

—Promete que no te colocarás histérica.

—Yo no soy histérica —hice un mohín.

—Si, claro.

—Está bien, lo prometo. Solo dilo o me terminaré desesperan...

—Te quiero.

Se hizo un silencio entre nosotros y por un momento creí haberle escuchado mal. ¿Qué ha dicho? ¿En serio dijo esa palabra?

Tan sumida estaba en esos pensamientos que no me di cuenta que estaba balbuceando cosas sin sentido. Mi mente no lograba conectar ideas y solo pude formar una única pregunta coherente.

—¿Q-Qué dijiste?

Zack solo se reía en mi cara, o de mi cara mejor dicho.

—Zack, repítelo —quise que sonara como una orden, pero sonó más a una súplica.

(NO) Podrás Amarme © [COMPLETO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora