Instintos

183 22 14
                                    

Desde ese día, todas las noches el demonio rojo iba a visitar a Maxi, le llevaban dulces de las maquinas expendedoras, necesitaba ganarse más su confianza, con Rodri era más difícil, no confiaba en Banban y prefería irse a dormir cuando veía que llegaba.

Había pasado una semana, el plan iba avanzando de acuerdo a lo que tenía previsto, solo necesitaba lo más importante, eran esos niños.

Maxi se encontraba hablando con Banban mostrándole los dibujos que había realizado ese día.

-Tienes mucho talento, Maxi. -Dijo Banban alagando al niño.

-Gracias, papá también decía lo mismo.

Se produjo un silencio entre ambos, Maxi tenía rostro de querer decirle algo a Banban, pero no sé animaba o no encontraba las palabras para hacerlo, hasta que se armo de valor. Se asomo a la celda de Rodri para asegurarse que estuviera dormido.

-Oye Banban. . . Tengo que decirte algo.

-Dime. -Al demonio rojo le preocupaba la expresión del pequeño.

-Yo sé toda la verdad. . . Sé todo lo que te hicieron, sé que tu eres mi padre, eres Adán Uthman. -Levantó la mirada llena de tristeza.

El rojizo se impresionó tanto que no sabía que decir o que responder ¿Cómo el niño sabía eso y desde cuando lo sabía, sabía también de Banbaleena, sabía que la doctora W le había robado la identidad a su madre, Rodri también sabía? En un segundo las preguntas inundaban su cabeza.

-¿Por qué dices eso? -Trató de mostrarse lo más calmado posible.

-Desde que te abrace por primera vez lo sentí, sentí que conocía algo de ti, un día escuché hablando a la doctora W sobre U.A y sobre su relación con el caso 6, no fue difícil adivinar de qué se trataba. Perdón por fingir todo este tiempo, no le he dicho nada a Rodri. -El menor se dejó llevar por el llanto, tratando de ahogarlo para no despertar a su hermano.

Banban no sabía que hacer, se sentía aturdido, todo estaba pasando tan rápido que no sabía cómo reaccionar, abrazo a Maxi a través de las rejas.

-Lo siento. . . Siento no haberlos podido proteger a ti y a Rodri aquel día, por mi culpa esta pasando todo esto. Ya no tengo recuerdos de los 4 juntos, y espero haber sido un buen padre. Prometo sacarlos de aquí aunque eso signifique que tendrán que encontrar una nueva familia. -Banban no tenía la capacidad de llorar como Banbaleena, pero si pudiera estaba seguro que estaría desbordando el líquido por sus ojos. El menor se quedó en silencio, sentía que por fin podía liberar eso con lo que había cargado desde hace mucho tiempo.

-¿Mamá está bien? -Preguntó aún en los brazos del demonio.

-Ella está bien, pronto estaremos los 4 juntos. -El demonio deshizo el abrazo que sostenía con el menor. -Debo irme, pero volveré mañana para verte. Te quiero. -Se puso de pie y cuando estaba listo para irse escucho la voz del menor.

-Yo también te quiero papá, descansa. -Dijo mientras aún se encontraba arrodillado en el suelo sosteniendo los fríos barrotes de la celda.

Banban dibujo una sonrisa para el pequeño y salió de la zona de celdas. Maxi se quedó levantó y se dirigió a su cama, mientras que Rodri estaba acostado mirando hacia la pared, escuchando todo lo que pasaba a su alrededor, derramando lágrimas en silencio con los ojos abiertos de la impresión.

El demonio rojo iba caminando y preguntándose ¿qué rayos estaba pensando? No podía hacerle eso a sus hijos, eran lo único que quedaba de quienes fueron Adán Uthman y Weverly Mason, lo mejor era conseguir ADN humano de otra forma, pero ¿cómo? No podía acercarse a nadie con algún instrumento peligroso, de seguro si lo intentaba sería su fin.

"Hasta Encontrarte" Banban Y Banbaleena [Garten Of Banban]Where stories live. Discover now