━━━━ vii. Milagro.

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Genya no hizo más de lo que prometió y poco después, estaba vestida con una túnica y unos pantalones limpios, un par de botas de cuero y un abrigo gris. Me reconfortó el hecho de que fuera una versión limpia y nueva de mi uniforme militar y no una kefta.

━━Siempre te ha quedado bien el uniforme ━━Alina me sonrió.

━━A ambas nos queda bien ━━le empujé levemente con mi hombro.

━━Genya, ¿por qué llevamos esto y no... ━━Alina hizo una pausa━━ una kefta?

━━El rey espera ver a dos muchachas humildes llegadas de las filas de su ejército. Sí las presento con un kefta, pensará que el Oscuro las ha estado ocultando.

━━¿Y por qué haría algo así?

Mientras ellas conversaban, yo me adelanté unos pasos. Miraba con atención cada rincón del pasillo que recorríamos, intentando buscar algún lugar por el cual pudiéramos escapar. Era una locura, lo sabía perfectamente, pero no perdía la esperanza.
Divisé una gran ventana al final del pasillo y avancé dando grandes zancadas. Estaba cerrada, así que intenté mirar a través del cristal qué había debajo de ella. Sí hubiera un arbusto, la caída no sería tan dolorosa. ¿Qué haría una vez estuviera abajo? No lo sabía. Lo descubriría en la marcha.

━━No te recomiendo saltar ━━escuché una voz grave a mi lado━━. Hay guardias a unos pasos.

Me dí la vuelta: el Oscuro estaba a lado mío, flanqueado por un mortificador que no conocía y varios de los Grisha que nos habían acompañado durante el viaje. Entre ellos, Maxim.

Me alejé de la ventana con mirada seria.

━━Como sea, no pensaba escapar ━━hice una mueca de desinterés━━. Trataba de respirar aire fresco, ¿de casualidad podrían abrir la ventana?

El Oscuro me miró, en el fondo notaba que escondía una sonrisa.

━━Me temo que no es el momento.

«Nunca es el momento para ti», pensé.
Alina y Genya llegaron a donde estábamos, la pelirroja me lanzó una mirada amenazadora.

━━No te separes del grupo ━━gruñó.

━━Yo las llevaré a partir de aquí, Genya ━━ordenó el Oscuro. Ella asintió y se marchó━━. Nos están esperando.

Me paré a lado de Alina cuando comenzamos a avanzar, la conocía tan bien como para saber que estaba nerviosa. No era para menos, nos iban a presentar ante los reyes de Ravka. Eso le daría náuseas a cualquiera. Me acerqué más y le rocé los dedos, me miró y esbocé una pequeña sonrisa para tratar de calmarla.

Entramos a una enorme sala abovedada que estaba llena de Grisha. Se habían organizado en un larga fila de a dos, nosotros estábamos al último. El Oscuro posicionó a Alina a su izquierda y a mí a su derecha.

KINGDOM OF SHADOWS | Shadow and Bone. Where stories live. Discover now