KINGDOM OF SHADOWS | Shadow and Bone.

━━━━ ii. La Sombra.

━━━━━━━━ ๑​ ━━━━━━━━

Me apresuré a llegar a su lado y le sujeté el brazo, escandalizada. Me preocupaba dejarla sola, pero me preocupaba más perderla sí algo salía mal. No podría vivir con ello.

━━¿Qué estás haciendo aquí? ━━Alina me miró con seriedad.

━━Los mapas de Ravka Occidental se arruinaron, necesitaban a los cartógrafos ━━respondió.

━━Sólo necesitarán a uno, baja ━━Mal le agarró la mano e intentó avanzar con ella, sin embargo, la pelinegra se deshizo de su agarre.

━━No. Iré con ustedes ━━su labio inferior tembló.

Pensé en bajarla de ahí a la fuerza, pero cuando el esquife se sacudió de repente y se inclinó hacia adelante, entendí que ya no se podía hacer nada. La madera crujió al tocar el suelo tras el empuje de los trabajadores del muelle. Nos sujetamos de la borda para no perder el equilibrio.

━━No se separen ━━ordené.

Los Vendavales tensaron las velas con un chasquido y nuestro esquife avanzó velozmente en dirección a la Sombra.

Al principio fue como adentrarnos en una espesa nube de humo, pero sin calor, olores ni llamas. No había sonido alguno, era como sí el mundo mismo se hubiera detenido. Ya ni siquiera veía a la proa de nuestro esquife, la oscuridad se había cernido sobre nosotros, negra, intangible y absoluta.

Ya estábamos dentro de la Sombra.

Oí la respiración agitada de Alina a mi lado. Estaba aterrada. Sabía que no se arrepentía de entrar, lo había hecho por nosotros, pero simplemente el miedo era inevitable en ese lugar que los santos habían olvidado. Torpemente busqué su mano en la oscuridad, y descubrí que ella también buscaba la mía. La sujeté con fuerza, intentando tranquilizarla.

Los esquifes avanzaban sin producir más sonido que el suave roce de la arena contra el casco, tal y como debía ser. Teníamos que viajar en silencio y sin ser vistos.

Me pareció que pasaban sólo unos minutos, pero podrían haber sido horas. En cierto punto del viaje, me invadió la misma sensación extraña de antes, pero esta vez era diferente. Era más fuerte. Poderosa. Sentía que me calaba hasta la médula.

━━¡Escucha! ━━susurró Alina, soltando mi mano y agarrandome por la muñeca.

Desde la oscuridad me llegó un sonido sutil pero incesante: era el ruido cadencioso de un aleteo.
Me saqué el rifle que llevaba sobre el hombro, con un nudo en el estómago. Entorné los ojos para tratar de distinguir algo en la inmensa oscuridad. Lo que fuera.

Escuché el roce de las flechas contra las cuerdas de los arcos y a alguien susurrando en algún rincón: prepárense.

━━Agáchate, Alina ━━susurró Mal y así lo hizo. Debía esconderse, el cuchillo que llevaba era insignificante en comparación a lo que nos acechaba.