Indeleble

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   —¡Dije que no! —grito al teléfono perdiendo la paciencia —No quiero centros de mesa bañados en oro… Mira ¿Sabes qué? Estás despedida —le digo antes de colgar el teléfono.

   —¿Otra que muerde el polvo? —pregunta Max, abrazándome por la espalda. —¿Cuántos van ya en el último mes?

   —Cuatro —respondo exasperada —No entiendo, les digo claramente que es lo que quiero, donde lo quiero y de qué color, pero no, ellos siguen creyendo que mi boda debe de ser el acontecimiento del año. Están tratando de hacerse famosos a mi costa.

   —Despues de que me pidieras matrimonio en un concierto, hace un mes atrás, es algo normal que las personas sin escrúpulos se quieran aprovechar de tu fama, nena. Si antes eras la comidilla de la gente, luego de aquel beso que fue televisado por todo el mundo, bueno, digamos que es imposible que caminemos por la calle sin que alguien nos reconozca.

  —Lo sé, pero debe haber alguien que le guste más si trabajo que mi fama.

—¿Por qué no la organizas tú?

—¿Estás loco? Apenas faltan dos semanas para la boda y ni siquiera hay un lugar donde realizarla, además si la organizo yo, no tendré tiempo de visitar a Kaan. No quiero dejarlo solo y menos después del último intento de adopción.

   —Ok, siéntate. Tenemos que hablar —anuncia con seriedad.

   —¿De qué? —indago preocupada mientras me siento en el sofá con los pies cruzados al estilo indio.

   —De Kaan —responde sentándose frente a mi —He estado pensando y sé que el día que lo adopten no te sentirás bien, ni yo tampoco.

   —Lo sé, pero eso llegará tarde o temprano y aunque nos duela ¿Cuál es la otra alternativa?

   —Adoptarlo nosotros.

  —¿Quieres adoptar a un niño?

  —Solo si tú también lo quieres. En unas semanas no seré solo yo, seremos los dos. Siempre he sabido que quiero formar una familia a tu lado y a ese niño le he cogido muchísimo cariño. Quisiera que el fuera parte de nuestra pequeña familia.

   —Yo también lo quiero —murmuro con un nudo en la garganta.

   —Bien —dice dejando salir el aire —. Mañana mismo buscaré un abogado que me diga que pasos debemos seguir para la adopción.

  —Me parece perfecto, ¡Dios mío, no puedo creer que seré madre! —exclamo llevándome las manos a la cara.

  —Hay otra cosa —suelta de pronto. —Hace unos años compré una casa.

  —¿Ok?

  —En realidad era solo un terreno en ese momento. Pero el día de tu cumpleaños todo cambió.

  —¿El día de mi cumpleaños?

  —Cuando me contaste cómo sería la casa de tus sueños. Me la describiste con detalle.

  —No, solo te describí la casa del… —Algo en mi cabeza hace clic tras sus palabras —¿Compraste el terreno del lago?

   —Ahora ya no es solo un terreno, una hermosa casa hay construida en lo que fueron las ruinas del caserón. Justo donde nos dimos nuestro primer beso. Nuestra vida está aquí, pero nuestros padres siguen en Virginia y me gustaría que cuando los visitemos tengamos nuestro propio lugar.

  —¡Dios mío, Max! —grito lanzándome a sus brazos.

  —Me preguntaba si es demasiado tarde para organizar la boda ahí.

Indeleble/ Melodías del Alma Libro I  #pgp2023Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu