El sueño

863 144 89
                                    

Siento sus manos recorriendo mi cuerpo, mientras su calor arropa mi piel. Sus labios llegan a los míos y me deleita con un beso que me hace querer pedir más. Su lengua recorriendo con avidez mi boca. Siento sus dientes apretando mi labio y sus manos siguen el recorrido por mi cuerpo hasta llegar a ese lugar que pide a gritos su atención.

Mi respiración se corta cuando siento su tacto en aquel punto que palpita y clama por él. Mientras, sigue devorando mis labios ansiosos por los suyos.

Su boca se aparta de la mía y sigue el recorrido que antes hizo con sus manos, dejando rastros de besos húmedos en mi piel mientras desciende por mi cuerpo.

Siento un cosquilleo cuando se entretiene en mi ombligo y sonríe con malicia. Mientras, percibo como remplaza las manos por los labios en aquella zona sensible por todos los estímulos que recibe mi cuerpo.

  Cada vez estoy más cerca de tocar el cielo, el placer aumenta más y más. El nudo de sensaciones se va haciendo cada vez más grande, presiento que en cualquier momento voy a explotar y cuando introduce uno de sus dedos…

Despierto sobresaltada, sudando a mares. El corazón parece que se me saldrá del pecho. Una de mis manos se encuentra en esa zona húmeda y palpitante. La alejo avergonzada. Miro a mi lado en la cama y veo al causante de mi estado dormir tranquilo. Su pecho desnudo, lleno de tinta negra, contrarresta con el blanco de las sábanas. Volteo hacia la mesita de noche, en donde se encuentra mi teléfono; lo enciendo y descubro que son más de las 3 de la madrugada. Hace apenas dos horas que nos acostamos a dormir.

Me levanto para dirigirme a la ducha, esta vez soy yo quien necesita un baño de agua fría. Necesito enfriar un poco mi cuerpo.

—¿Dónde vas? —su voz ronca por el sueño me sobresalta.

—¡Dios que susto! —me llevo las manos al pecho, sintiendo mi corazón, latiendo como si se me fuera a salir del pecho —¿No estabas dormido?

Rezo por dentro de mí para que su respuesta sea positiva. Porque no haya presenciado mi agitación por el sueño erótico que acabo de tener. No obstante, él abre los ojos y me regala una sonrisa pícara.

—Soñabas conmigo, cierto —no lo pregunta, simplemente lo afirma.

Yo no sé dónde meterme. Estoy demasiado apenada. Así que lo dejo que piense lo que quiera y me encierro en el baño.

—Que sepas que yo también sueño contigo. Muy a menudo a decir verdad. Y normalmente no tienes nada de ropa —grita y no puedo evitar sonrojarme de pies a cabeza.

—Pervertido —grito en respuesta y oigo su risa a través de la puerta.

Me desnudo y entro en la ducha, el agua fría impacta con mi cuerpo caliente y yo suelto un chillido. Odio el agua fría, maldito Max. No puedo evitar recordar los acontecimientos de esta noche, el motivo por el que Max se encuentra en mi cama en estos momentos. El porqué de semejante sueño.

                    ════ ⋆☆⋆ ═══
Horas antes.


La sala está completamente patas arriba. La caja, que horas antes tanto llamó mi atención, está volcada y su contenido desparramado por la alfombra. La cocina está igual, da la impresión de que alguien estuvo buscando entre los cajones.
Max avanza con el arma por delante y revisa toda la casa, mientras yo me quedo cerca de él. El miedo recorre mi cuerpo, y me paraliza cuando encontramos un sobre de papel manila sobre la isla de la cocina en donde, minutos antes, no había nada.

Atrás quedaron las preguntas que tenía en mente hacerle. Otras interrogantes ocuparon su lugar. ¿Quién había entrado en la casa? ¿Qué buscaba encontrar? Ninguna buena respuesta tendrán semejantes dudas.

Indeleble/ Melodías del Alma Libro I  #pgp2023Where stories live. Discover now