Juego

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Luego de que Max se vaya con Violet, entro en la cabaña pensando en preparar la cena. Sin embargo, termino en la cocina y Max aún no ha vuelto. Espero que la madre de Violet no le ponga muy difícil adoptar al cachorro. Como estoy algo aburrida, se me ocurre ver alguna peli. Recordando que Max me contó en una ocasión, que tenía algunos DVD, me pongo a buscarlos.

Seguro tiene alguna peli guarra —se burla mi conciencia

Mi curiosidad aumenta a niveles insospechados. Abro la puertecita de un estante de madera que se encuentra entre la chimenea y una de las ventanas que da al majestuoso lago. Lo único que encuentro es una caja mediana de color marrón. Me olvido por completo de las películas y me centro en el objetivo que acaba de despertar mi interés como la persona curiosa que soy.

Chismosa querrás decir —me rectifica esa vocecita molesta que tengo en la cabeza y a la que algunos fácilmente llamarían conciencia. Yo la llamo demonio.

Sentada en el suelo, abro la caja. Lo primero que encuentro es una pequeña cajita de forma rectangular, al buscar en su interior descubro una medalla. No soy una experta en el ámbito militar, pero sé reconocer claramente el tipo de medalla que es, nada más y nada menos que un corazón púrpura. Una condecoración que le otorgan a aquellos que resultan heridos o muertos en el servicio a nuestro país.

No recuerdo que Peige me haya dicho que Max se lesionara en la guerra, así que no entiendo por qué él tendría esta medalla en concreto. Aparto el objeto a un lado, quizás encuentre algo que explique la razón de mi hallazgo. Lo próximo que encuentro me deja más confusa aún. Una chapa de identificación, el nombre Robin Johnson destaca en ella, además de otros datos. ¿Será algún primo de Max y Peige? ¿Por eso tiene un corazón púrpura? Si así fuera ¿Por qué lo tendría Max? Demasiadas interrogantes y ninguna respuesta.

Sigo buscando en la caja, pero lo único que encuentro son algunas fotos. Casi siempre son las mismas personas. Me imagino que los compañeros y amigos de Max en ejército. Es un grupo de seis personas. Cuatro hombres y dos mujeres, todos ellos vestidos con el uniforme militar y cargando armas. Las sonrisas es sus rostros no concuerdan con el escenario en donde están, algún tipo de campamento en medio del desierto o algo parecido. ¿Será alguno de ellos él tal Robin?
Mi curiosidad no hace más que ir en aumento. Sin embargo, tengo que guardarlo todo deprisa, un ladrido me alerta de que los dos  Max acaban de llegar.

Tengo que idear una manera de que me cuente algo. Yo le conté todo lo que pasó con Kevin, al menos él podría responder alguna de mis preguntas.

—¿Qué haces sentada en el suelo? —pregunta Max entrando

—Estaba meditando —suelto a toda carrera.
Por nada del mundo se puede enterar de que estuve curioseando en sus cosas.

—Eres rara Nyx —dice luego de unos interminables segundos en el que pensé que no se había creído mi mentira.

—Lo sé. La cena ya está lista. —cambio de tema y me levanto para dirigirme a la cocina.

No paro de darle vueltas a la manera de sacarle las respuestas a las tantas preguntas que tengo en la cabeza. Luego de un rato se me ocurre un juego, algo a lo que jugábamos de niños.

—¿Jugamos a las veinte preguntas? —le pregunto luego de que cargamos el lavavajillas.

Él me mira como si me hubieran salido dos cabezas.

—¿A qué viene eso de repente? —indaga luego de revisar si el cachorro tiene suficiente agua.

—Solo estoy aburrida —es toda la explicación que le doy —¿Jugamos o no?

—Ok, pero no tengo alcohol en la casa para el que no quiera responder, así que tendremos que adaptar un poco el juego.

—Vale ¿Qué se te ocurre?

—La única manera de que respondas todas las preguntas —sonríe malévolamente y me espero lo peor —quien no responda la pregunta deberá quitarse una prenda

—Espera ¿Qué? No me voy a quitar la ropa Max.

—Responde a todo entonces —su sonrisa se ensancha, mostrando esos dos hoyuelos en las mejillas y sé que estoy perdida.

—Bien —me acomodo en el sofá, cruzando las piernas en posición de indio y él me imita.

—Empiezo yo —acepto. No sé dónde me he metido. —Vamos a comenzar leve ¿Con quién fue tu primer beso?

—Billy Harris en primero de secundaria

—¿En serio Nyx? Ese chico daba pena

—Mi turno —digo ignorándolo. Sé que no puedo soltar lo que de verdad quiero saber tan rápido así que pregunto lo primero que se me ocurre —¿Cuántas novias has tenido?


—Una —no da más explicación dejándome con la intriga.

— No me lo creo. Es imposible que solo hayas estado con una mujer

—Yo no dije eso, pequeña hada. —me sonrojo al caer en cuenta del significado de sus palabras

—¿Quién es, la conozco? —intento ignorar su comentario anterior aunque esté más colorada que una manzana.

—Ya pasó tu turno pequeña hada —se frota las manos de manera maliciosa —¿A que edad fue tu primera vez?

No respondo, es demasiado vergonzoso que mi amor de adolescencia sepa que me mantuve virgen hasta que él se fue. Con la esperanza de que por arte de magia y obra del destino él se fijará en mí. Tenía 20 años cuando en una borrachera y en el baño de una discoteca, estuve con un hombre por primera vez.

Así que siguiendo las reglas me quito la blusa, quedándome con el sujetador deportivo que llevo debajo.

—Interesante —dice recorriéndome el torso casi desnudo con la mirada. —no son muchas prendas las que llevas encima, así que te aconsejo empezar a hablar señorita William.

—Es mi turno idiota

—Sorpréndeme —eso es precisamente lo que hago.

Seguimos con las preguntas un rato más. Algunas de sus respuestas son bastantes divertidas, en ocasiones evita contestar e inmediatamente una prenda desaparece. Ha  ido quedando solo en unos calzoncillos bóxer negros Calvin Klein, no es que me haya fijado demasiado en eso claro.

Sigue diciéndote eso querida

Admirar su escultural cuerpo semidesnudo ha hecho que olvide por completo el objetivo del juego y piense en una pregunta que haga que termine sin nada. Él por el contrario, parece muy tranquilo viendo mi cuerpo y es que yo solo llevo unas braguitas diminutas de algodón blancas con corazoncitos. Si hubiera sabido como terminaría la noche, me hubiera puesto algo mejor eso seguro.

—¿Quién fue tu primer amor?

Esas últimas palabras sellaron mi destino. Solo había dos opciones; le decía que él, Max Johnson el chico de los ojos de diferente color, el de las bromas, quién estaba sentado frente a mí fue, es y será siempre mi primer amor, o me quitaba una de las dos prendas de ropa que me quedaba.
Mi decisión me sorprendió hasta a mí...




Espero que les haya gustado el capítulo, si es así no se olviden de votar y comentar que les pareció¿Cuál creen que fue la decisión de Nyx? ¿Qué es eso que esconde Max? Nos leemos muy pronto.

Hasta el próximo capítulo

Indeleble/ Melodías del Alma Libro I  #pgp2023Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ