SOUL-A. D. Casanova.

15.Tunya's Canyon

82 DÍAS ANTES.
Jung.

-No pienso ayudarte -declara Shin Wo, cruzándose de brazos. Lleva la camiseta gris sudada pegada al torso y las deportivas en la mano. Una cinta elástica rodea su cabeza, apartándole el cabello del rostro, mientras unos cascos negros descansan al rededor de su fuerte cuello.

-Se supone que eres mi hermano -mascullo, con la guitarra eléctrica apoyada en los muslos, mientras rasgo las ásperas cuerdas, tarareando una melodía. -Los hermanos se ayudan. -Mi voz es una acusación.

-Estás castigado, Jung -insiste mi hermano mayor, moviendo los hombros, impasible y dispuesto a no ceder en su posición. -No voy a ayudarte a escapar. Lo siento.

-Es solo esta vez -prometo, deteniendo el mover de mis dedos sobre el áspero material. Me duelen las yemas. -Prometo regresar a tiempo. Solo serán unas horas. Estaré todo el el tiempo bajo tu campo visual, con el teléfono encendido y no me daré un solo trago. Mamá no tiene por qué enterarse.

-He dicho que no -sanja.

-Me da igual si me ayudas o no -gruño, agarrando el instrumento por el puente y poniéndome en pie. -Iré de todas formas.

-Sí vas se lo diré a mamá -advierte, enarcando una ceja. Lo miro, sintiendo la ira bullir en mi interior. Dejo el instrumento en la cama y cierro las manos, en puños.

-¿Qué pasa, hyung? ¿Ahora vas de chivato?

Nós miramos fijamente, mientras la tensión y la testosterona se hacen palpables en la habitación. Me cuadro de hombros, mientras mi hermano hace lo mismo.

-¿Interrumpo? -pregunta Ha Na, introduciendo la cabeza en la abertura que hay entre la puerta y el marco. Me mira a mi, y luego a nuestro hermano.

-No -dice Shin Wo, descruzando los brazos. -Jung y yo ya hemos terminado.

Me lanza una última mirada de advertencia y da media vuelta, saliendo de la habitación. Ha Na da un brinco a un lado, para dejarle el camino libre, y luego me observa, buscando respuestas.

-Creo que interrumpí algo -musita.

-Shin Wo haciendo el imbécil, nada del otro mundo -gruño, relajando los hombros.

Hyung y yo hemos peleado antes, por supuesto. A pesar de nuestra magnífica relación de hermanos, tenemos nuestras diferencias. Él siempre tan correcto, tan enfrascado en seguir las reglas y en mantener su papel de hijo perfecto. Mientras, yo prefiero vivir mi vida. Disfrutar tanto mientras pueda.

-¿Sin honoríficos? -exclama Ha Na, soltando un silbido. -Eso es grave. No recuerdo la última vez que te referiste a nuestro hermano sin honoríficos.

-Déjalo estar, ya se le pasará,y se dará cuenta de que yo tengo razón -aseguro. -Necesito un favor tuyo.

-Claro. -Mi gemela se encoge de hombros, mientras toma asiento en mi cama. -Dime.

-Necesito ayuda para escapar de casa -susurro, tomando la guitarra de la cama y colocandola en su soporte.

-¿Tienes algún plan? -pregunta, cruzando las piernas delante de su cuerpo. Sus converse descansan sobre el cubrecamas.

-La verdad es que no. -Dejo caer los hombros, y me siento a su lado, reflexionando. -Esta noche en la cena puedo decir que no me encuentro bien e irme a dormir temprano.

-¿No crees que oppa sospechará algo? -inquiere.

-Ahí es donde entras tú -sonrío. -Le pedirás que te lleve y que te traiga a casa, y lo mantendrás ocupado todo el el camino.