05.Zumba Beach

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96 DÍAS ANTES

Jung

     La música suena, mientras varias chicas me miran desde el otro lado de la barra. Bebo mi cerveza de un trago, sin apartar la mirada. Aunque aún no tengo edad legal para beber, el barman se encarga de proveerme bebida constantemente. Lo que puede hacer un buen fajo de dinero.
     Shin se sienta a mi lado.

—La morena del piercing lleva horas mirándote.

—No quiero complicaciones. —Pido otra cerveza.

—Eso..., o estás esperando a alguien —indica mi hyung.

—Creo..., creo que me gusta una chica —confieso.

—¿Y la conozco? —Mi hermano enarca una ceja.

—Diana Johnson —musito.

—No me suena. —Shin frunce el ceño.  —¿Va al colegio contigo? —Asiento. —Ya veo. ¿Está aquí? —Niego con la cabeza.

—La invité a venir, pero está con sus padres en Nueva York, por Navidad.

—Ya veo. —Shin mira su vaso de cerveza, intacto, y lo hace girar entre sus dedos. —El amor puede ser así de complicado.

—¿Y lo sabes por qué...? —lo pincho.

—Porque lo he leído, pesado —me da un codazo en las costillas y sonríe. —Además, ¿has visto a Luca y a Ha Na?

—¿Qué hay con ellos? —frunzo el ceño y, automáticamente, busco a mi gemela con la mirada. Está sentada con Laila en una esquina. Está última aparta la mirada cuando miro en su dirección.

—No me digas que no lo has notado. —Shin abre los ojos asombrado. —¡Luca está enamorado de Ha Na!

—¡Imposible! —Con la mirada, busco a Luca. El universitario está sentado al otro lado de la sala, con la mirada fija en..., ¡Ha Na! —Luca..., él... Él detesta a Ha Na.

—No precisamente. —Shin sonríe. —Ha Na y Luca son un cliché. El típico playboy que detesta a la chica snob, cuando en realidad solo quiere estar con ella.

     Frases, discusiones y momentos comienzan a tener sentido en mi mente. Detengo el carril de mis pensamientos.

—¿Ha Na lo sabe?

—No lo sé. Pero es obvio que a ella también le gusta él.

—No creo que estemos hablando de la misma Ha Na —declaro, quitando toda sospecha de mi mente. ¿Mi hermana y Luca? No. Imposible. Le doy un trago a mi cerveza.

—Yo creo que sí. —Shin se pone en pie. —Ha Na y Luca hacen una buena pareja.

     Mi hermano se marcha, y yo me quedo sentado en la barra, rumiando mis pensamientos.
    Ha Na y Luca no pueden estar enamorados. Quizás haya cierta atracción, pero ¿Amor? No, no. Imposible.
    No han pasado ni tres segundos cuando siento que alguien ocupa el lugar dejado por mi hermano.

—No mires ahora, pero Shin oppa acaba de salir a la terraza y mi instinto femenino me dice que va a ver a su chica —dice Ha Na.

    Resistiendo el deseo de preguntarle por Luca, asiento.

—Vamos, pues, a desenmascararlo.

    Me pongo en pie y Ha Na se engancha de mi brazo. Es increíble lo cercanos que somos y lo poco que la conozco a pesar que desde siempre hemos estado juntos. ¿Luca y ella? ¿En serio? Es algo que todavía no me creo. Quizás hyung esté equivocado. Sí, es eso. Solo está confundido.
     Una de las puertas de cristal de la discoteca da a una terraza, desde la cual se puede ver la ciudad. El cielo oscuro oculta las estrellas, mientras la ciudad de Los Ángeles brilla con luz propia desde abajo. A un lado, se puede leer el cartel que caracteriza a la ciudad, plantado sobre una montaña, y al otro lado, se puede adivinar la oscuridad infinita que es el océano.
     Ha Na se coloca el dedo índice sobre los labios, pidiéndome silencio, mientras cruzamos el umbral. Un golpe de aire caliente nos recibe. ¡Y eso que es diciembre!

SOUL-A. D. Casanova.Where stories live. Discover now