Una vida en el campo [KatsuDeku]

XXVII

— Espera, ¿Aún no lo has marcado? — no podía creerlo, para nada. Kirishima veía perplejo a Katsuki quien mordió con enojo su trozo de carne evitando la mirada — bro... ¡Qué varonil, viejo! Es increíble que hayas resistido tanto, soy un beta, no es normal que yo pueda percibir aromas de omegas, pero incluso así he sentido un olor dulce saliendo de la cueva. ¿Cómo lo haces? Creí que Midoriya saldría de ahí estando ya esperando crías o algo

— ¿Quieres cerrar el maldito hocico? Debes dejar de juntarte tanto con ese nerd, se te están pegando malas costumbres

— Eso es verdad, pero dejando eso de lado, Kirishima tiene razón. Es la primera vez que veo que un alfa no marca en el primer celo compartido a su pareja y algo me dice que este ni siquiera es el primero entre ustedes — se unió Mina a la conversación motivada por la confianza del momento.

— Sólo estoy esperando a que toda esta mierda estresante acabe, no pienso tener cachorros mientras un puto psicópata nos está pisando los talones. Deku no podría correr mientras embarazado — Denki lo observó por un momento notando leves rasguños en la espalda del alfa, casi imperceptibles, como si fuesen de un par de días atrás — y sobre la marca... es complicado

— ¿No es sólo morder la nuca? Al menos es lo que he visto — Denki se vio mucho más interesado motivando al resto a no dejar ir a Katsuki sin resolver todas sus dudas. El alfa dejó de lado su cena y observó el suelo perdiéndose en este dejando expectantes al resto, parecía estar meditando con melancolía.

— He sido rechazado — dijo sin más.

— ¿¡EEEEH?! 

— Espera, ¿Estamos hablando del mismo conejo que parece mover su rabo ansioso cada vez que te ve? ¿El mismo que al estar cerca de su celo no deja que nadie se te acerque y no desea separarse de ti o de tu cuello? Bro, ¿Cómo...?

— No estoy seguro, creo que su lado omega aún me teme. Ya he intentado marcarlo, demasiadas putas veces y aún sigue rechazándome — gruñe ya fastidiado con la situación — embarazarlo sería un contratiempo, pero marcarlo una posible solución, no pueden monopolizarlo si ya es mío

— Hm... a menos de que aún mordido lo vuelvan a morder — dijo el rubio beta como una observación que desde su perspectiva era una posibilidad menor, casi como si no fuese importante, pero la reacción del resto le hizo sentirse mal por decirlo — ¿Qué sucede?

— Nunca he visto que ocurra algo así — Mina fijó su mirada en Katsuki quien tenía su rostro pálido — pero se ha contado de partera en partera las consecuencias, es una total locura. La mordida entre un alfa y un omega es demasiado especial, algo que usualmente ocurre entre parejas destinadas que aseguran no tener que morder a alguien más o ser mordidos...

>> He escuchado que hace buen tiempo, al ser algo que se desconocía, una pareja pasó por algo así. Un alfa que se enamoró muy joven y marcó a una omega de gran belleza, vivieron bien por unos años hasta que el alfa destinado de la joven apareció y decidieron unirse. El nuevo alfa la marcó y eso condenó a la pareja. La omega murió por el horrible dolor que sintió al romper su anterior vínculo, no pudo soportarlo. Por más que amaba a su destinado, el afecto y lo fuerte que se había hecho su lazo con el anterior fue demasiado, quien la marcó también sufrió. Sus dientes dolían como si quisieran salir de sus encías.

>> No murió, pero jamás volvió a morder a nadie más durante los pocos años que vivió después de esto. Ya que él también partió a mejor vida, por la depresión de sentir su lazo vacío por la muerte de la chica y el sentimiento de total confusión, desconcierto, rechazo que llegó junto al dolor en sus dientes.