XVIII

1.5K 274 27
                                    

— De verdad estoy bien, fue sólo un pequeño rasguño — Izuku trataba de restarle importancia a lo ocurrido horas antes mientras Kirishima seguía tirado en el piso a sus pies pidiéndole perdón por cómo habían actuado. Se dieron su momento de explicar el motivo de su visita y la razón del juego pesado que terminó en casi una tragedia. Katsuki no les quitaba los ojos de encima quedándose a un lado del peliverde gruñendo y en alerta por cualquier movimiento en falso.

La llegada de ambos lobos, a pesar de la primera impresión que dieron, tras escuchar que buscaban un sitio al que pertenecer se convirtió en un respiro para Katsuki. No necesitaba indagar demasiado en ese par, para un lobo lo es todo el orgullo y la dignidad, ambos estaban acabando con eso frente a ellos sin pudor. Sujetos así no podrían ser un peligro para la casa, les daría una oportunidad de demostrarle su valor para la manada, esperaba que al menos pudiesen defender el sitio sin morir o quedar gravemente herido en el primer ataque.

Oh, eso y que Izuku fue quien pidió que les pusiera a prueba antes de sólo pensar en botarlos o matarlos.

— de haber sabido, de verdad lo lamentamos demasiado Midoriya — Izuku se acercó a él para intentar acariciar su pelaje en seña de que no estaba molesto o algo parecido, pero su mano quedó en el aire sintiendo aún miedo del pelirrojo. Su conejo interior chilló dejándolo impactado, Katsuki al notarlo tomó su mano para ahora acercarlo hacia él.

— Paren de hacer esa mierda, parecen estúpidos — Denki se levantó de inmediato para sentarse y ver hacia otro lado sintiéndose incómodo con el comentario. Era consciente del orgullo de su especie, hacer eso no era fácil, esperaba que valiera la pena. Kirishima por su lado no pareció afectarle y sólo se levantó moviendo la cola.

Despertar con el sentimiento de terror y desesperación fue lo peor de ese día, por tanto su humor era malo. Tenía hambre, pero detestaba la idea de salir a cazar dejando a Izuku a solas con sus recientes agresores. Aceptó dar la oportunidad a ese par de mantener su cabeza sobre su cuerpo por caprichos del conejo, pero no quería decir que se habían ganado total confianza. Decidió entonces que lo mejor era aprovecharse por ahora de los chicos para mandarlos a conseguir la comida.

Inko había salido hacia el santuario temprano casi al mismo tiempo que Izuku lo había hecho para entrenar así que sólo estarían los dos por su cuenta de nuevo. Ambos lobos aceptaron la misión y salieron corriendo con prisa jugando entre ellos apostando por quién conseguiría la presa más grande mientras Katsuki llevaba con cuidado al peliverde a la habitación con la idea de que pudiese relajarse, descansar.

— ¿Qué haces? — a pesar de las sanas intenciones del rubio, Izuku no podía evitar malpensar cada acción que realizara cuando se encontraban a solas. Lo recostó, se acostó a su lado y los tapó a ambos antes de acercarlo más a él tocando por encima el costado derecho de su cintura donde se hallaba las vendas por el "rasguño" que había recibido. Unas pequeñas aberturas de colmillos. Su atención se mantuvo en esa parte — estoy bien

— Cállate — gruñó subiendo sus ojos de la herida a los suyos cautivándolo.

— De verdad, estoy bien — intentó hacer lo que Katsuki solía hacer, soltar sus feromonas buscando calmar sus instintos, relajarlo. Aún no había practicado algo así, sólo se dejó llevar tratando de transmitir también sentimientos positivos a través de su lazo. No sabía si sentir que su temperatura corporal subía era una señal de que lo estaba logrando, pero siguió con ello hasta ver a Katsuki levantarse con prisa del futón con intenciones de salir de la habitación — Kacchan... tengo mucho calor

— Ya lo sé, de nuevo estás en celo, ah — se mantuvo unos momentos en la puerta recobrando compostura — acabas de provocarte un celo, idiota

Una vida en el campo [KatsuDeku]Where stories live. Discover now