treinta y cuatro

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A partir del mediodía del domingo, la mayoría de los alumnos de Ravenclaw comenzaban, poco a poco, a despertarse, luego de haber pasado toda la noche desvelados por la fiesta.

En los sillones frente a la chimenea, el cuerpo dormido de Nate se llevaba toda la atención del que pasara por ahí.

Unos niños de primer año se acercaron a él y comenzaron a molestarlo con diferentes e indefensos hechizos.

- ¡SALGAN DE AQUÍ! - les gritó y salieron corriendo entre risas.

Emma y Grace, quienes estaban en unos sillones bastante cerca desayunando lo que habían traído del Gran Comedor, decidieron que ya era hora de levantar a su amigo.

- Arriba dormilón. Ya es de día - lo llamó Emma.

Nate, quien solo llevaba puestos sus pantalones, se sentó derecho y comenzó a pasarse las manos por la cara.

- No grites, por favor - le suplicó a la chica.

- Nadie está gritando. Es tu jaqueca por la resaca de anoche - explicó Grace.

- Dhoson, no tengo ganas de pelear - respondió el chico de mala gana.

Emma le sonreía y se sentó junto a él para convidarle un poco de café.

- Bebe algo y vístete. No creo que sea adecuado que vean al prefecto así, mucho menos después de lo de anoche - dijo Emma.

- ¿Qué hice? - preguntó Nate con miedo.

- Bueno - comenzó a decir Emma mientras recordaba la cantidad de cosas vergonzosas que había hecho durante la noche, y lo más importante, o lo que al menos dicen los de otros años, que visitó la habitación de una de las chicas de sexto año de Ravenclaw.

- Yo que tú no volvería a mezclar alcohol y marihuana nunca más, a menos que cojer con Hayes haya sido lo que esperabas - comentó Grace mientras comía cereal.

- ¿Hayes? ¿Allyson Hayes? - preguntó con sorpresa. Ambas chicas asintieron y el chico se frustró - Debe ser un chiste. Es un chiste. Necesito que sea un chiste. DÍGANME QUE ES UN CHISTE -

Las dos castañas se miraron la una a la otra y se sonrieron.

- ¿Por qué mentiriamos? - preguntó Grace.

Emma se recostó sobre el sillón y comenzó a sonreír mientras jugaba con su cabello.

- Es muy linda, de hecho. También baila muy bien - comentó.

- Pero ella no me gusta - susurró Nate, completamente rojo.

- Pues, anoche no lo demostraste. Tu mano parecia estar pegada a su trasero - agregó Grace y Emma largo una carcajada.

Nate se levantó rápido y comenzó a buscar su camisa y sus zapatos.

- Tengo que arreglar esto - dijo como desesperación mientras se agachaba y miraba abajo de los sillones - ¿Alguna vio mi ropa? -

- En la habitación de Hayes seguro - comentó Emma aguantando la risa.

- Ya basta -

- ¡Buen día, aguilas! - gritó Tommy, a lo que nadie le respondió. Nate no era el único con resaca esa mañana - Amargados, así me pagan haber organizado la mejor fiesta de sus vidas - agregó en un tono más bajo - Al menos sé que Sam y yo pasamos una noche increíble -

- Sin detalles, por favor - dijo Emma mientras miraba a su primo con cara de asco.

- ¿Cómo es que tienes tanta energía luego de anoche? - preguntó Grace.

𝒕𝒉𝒆 𝒘𝒂𝒚 𝒊 𝒍𝒐𝒗𝒆𝒅 𝒚𝒐𝒖 {𝒐𝒍𝒊𝒗𝒆𝒓 𝒘𝒐𝒐𝒅}Where stories live. Discover now