Había un bonito escritorio de madera, y detrás de el, una mujer castaña de ojos azules, sentada en una silla giratoria. La doctora West, una de las mejores psicólogas y pedagogas infantiles no solo en Akela, si no en todo Londres también

-Es un placer, señores Kingston - la mujer les sonrió con amabilidad, la ráfaga de olor a margaritas junto con pie de manzana fue lo único que llamo la atención de Elio, quien, se despego con algo de timidez, para ver con curiosidad a la femenina frente a el- y es genial conocerte a ti también cachorrito, ¿Podrías decirme como te llamas?

Elio frunció su ceño, sintiendo como su mami limpiaba con su propia camisa, la poca leche que quedaba en sus labios, luego de, por supuesto, abotonarse la camisa

El cachorro parecía algo molesto al darse cuenta que su mami se había abotonado su camisa, por lo que un bajo quejido se escucho en la habitación

¡El quería titi! ¡esa señora solo lo había desconcentrado!

-Un gusto conocerla, doctora West - Bastián la saludo, tomando en brazos a su hijo y sentándolo en sus piernas, Elio, no contento con eso, solo estiro sus brazos hacia su mami, mientras hacia puño su camisa

-Lamento mucho el haber interrumpido tu hora de comida, cachorro - Elio puchereo al escuchar las palabras de la mujer

¿Qué hacían ahí?, ¿Por que estaban ahí?, ¿Quién era ella?

-Pero tus papis me han platicado mucho de ti - El pequeño nombrado miro a sus padres, como si quisiera confirmar las palabras de la mujer- y estaba muy muy emocionada de  conocerte, ¿tu que piensas?

Elio bufo por lo bajo, haciendo pequeñas burbujas de baba que sobresalían de sus labios. Bastián e Ian sonrieron ante esto, y el ultimo, solo lo limpio con su propio pulgar

-Solo es capaz de decir algunas palabras, hace soniditos y balbucea - Bastián explico hacia la psicóloga, que, asintiendo a sus palabras, escribía algo de rapidez en su computadora, para después pararse y colocarse de cuclillas frente al menor-

-Hola, cariño - la mujer sonrió, mientras metía sus manos en su bolsillo delantero de su bata, su cabello corto le daba un look fresco y su sonrisa que transpiraba tranquilidad, hacían que poco a poco Elio saliera de su escondite- ¿Estas cómodo en los brazos de tu papi? ¿eh?

Elio la miro con sus ojitos brillosos, sintiendo la mano de su mami acariciar su espalda

-Bueno, querido, quisiera sabes si puedes responderme, ¿estas bien con eso? - con un dulce pestañeo, la psicóloga siguió hablando- ¿podrías hablar con tu lobito?, es que quisiera hablar con los dos...con el permiso, claro esta - agrego mirando a ambos padres, quien, con una mirada, asintieron sin decir casi nada

El trio de mayores miro al pequeño, quien, envuelto en su mundo, parecía estar concentrado, viendo un punto fijo, dando a entender así, que hablaba con Milo 

El rostro de Elio se frunció por un momento, antes de que lo suavizara y parpadeara, mientras sus ojos por un instante, tomaban un color azul neón y luego, retomaba su iris y color normal

-Mamá...- Elio murmuro con claridad, mientras inconscientemente, restregaba su nariz en el pecho de su papi

-Estamos aquí cariño - Ian le dio una leve sonrisa, mientras besaba su manito- no hay que temer - agrego con suavidad, al percatarse de su mirada desorientada y dudosa

Cachorrito Perdido - ABDLWhere stories live. Discover now