—Alguien está muy contenta hoy.

La voz divertida de su madre fue lo primero que escuchó cuando entró en la cocina y se encontró con una escena bastante extraña. Becca alzó las cejas rubias al ver a su familia reunida y comiendo como si fuera un día especial. Valerie se encontraba frente a la cocina batiendo algo mientras la cocinera le explicaba cómo hacerlo y se reía junto a ella. Las dos parecían bastante divertidas y Valerie canturreaba una canción que nunca había escuchado. La ignoró por completo mientras se sentaba frente a la mesa junto a sus padres. Su madre miraba la televisión mientras su padre leía el diario desde su Tablet, como solía hacer siempre. No le importó la mirada acusadora que le regaló cuando ella se sentó, solía hacer eso bastante seguido.

—¿No saludarás a tu hermana, Becca? —le preguntó su madre, prestándole atención en los momentos más estúpidos. Fue Becca quien decidió ignorarla y le robó el plato de tostadas a Valerie. No le gustaba comer pero tampoco estar con el estómago vacío.

Odiaba permanecer un segundo con esas personas, pero no tenía otra opción. No podía irse mientras ellos tuvieran secuestradas todas sus tarjetas de crédito y le impidieran salir. A ella no le importaba, podía escaparse, pero luego llamaban a la policía y ella tenía que esconderse como una idiota por todos lados. Había comprobado que la gente de Auburn no estaba muy feliz con ellos y Luke no parecía quererla cerca.

Suspiró enojada, recordando su encuentro con Luke y lo mal que había terminado todo. Odiaba como había terminado su relación en Chicago y odiaba aún más lo que le había escondido. Cuando lo vio a escondidas, consideró confesárselo pero de su boca no salieron las palabras que necesitaba decirle. No quería ocultárselo eternamente, iba a decírselo cuando tuviera tiempo.

—Valerie, me dijeron los de seguridad que hay un regalo para ti en la puerta —le comunicó un guardia que entró en la sala. Valerie soltó un alarido alegre, que Becca odió, y salió corriendo en busca de su regalo. Eso le hizo recordar que día era, el bendito cumpleaños de Valerie. Se había olvidado por completo que era ese día y que esa noche iban a tener el baile que la rubia había organizado.

La chica nombrada apareció en la escena nuevamente con una caja enorme y pegando gritos como si fuera una niña. Su padre le ordenó que dejara la caja en la mesa y la abrieran. Eso le hizo sospechar a Becca sobre la persona que había enviado el regalo y, por el rostro de su hermana, ella también lo había comprendido. Su rostro se transformó y mientras le sacaba el moño a la caja, pudo ver la seriedad que tenía la joven.

Valerie les mostró un precioso vestido rosa que todos adoraron, menos las dos Reeves y cada una tenía una razón. Cuando lo volvió a dejar en la caja, Becca pudo ver algo que le sorprendió más de lo habitual. La joven llevaba un nuevo colgante en su cuello y se notaba que era algo nuevo, ya que resaltaba en su cuello. La sangre de Becca se heló al instante y recordó lo feliz que había sido cuando recibió por primera vez ese mismo colgante. Necesitaba decirle a Valerie lo que eso significaba.

—¿Quién envía ese hermoso regalo, Valerie? —le preguntó su madre fingiendo ignorancia y por la mirada que le regaló su hermana, no le gustó la pregunta. La chica tenía en sus manos la tarjeta y la dejó sobre el vestido sin darle real importancia—. ¿Valerie?

—¿Quién va a ser?

Tomó la caja, con total furia, y abandonó la mesa con cara de pocos amigos. Eso fue la mejor señal para Becca y se levantó al instante para seguirla. Valerie estaba entrando a su habitación cuando la alcanzó y vio como lanzaba la caja en su cama con violencia, obviamente furiosa por lo que su padre estaba planeando a sus espaldas. Cuando fue a cerrarla puerta de su habitación, Becca aprovechó para atrapar su brazo y apretarle con fuerza la piel. Valerie dejó escapar un grito de dolor y miró a su hermana sorprendida por lo que estaba haciéndole.

HUNTER. Tierra de salvajes #1 [Terminada]Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ