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La señora Lee casi se desmaya al verlos.

Jisung se había acercado apresuradamente hacia la entrada, tropezando una o dos veces, y tocó la puerta de la casa frente a ellos.
La madre de Felix fue quien abrió la puerta, con una sonrisa cálida que desapareció casi al instante, convirtiéndose en una mueca de horror.

— ¿Jisung? ¿Estás bien? — preguntó ella, escandalizada por el aspecto del chico.

Tenía tierra en su rostro, su cabello estaba desorganizado y revuelto, su nariz sangraba y tenía múltiples raspones y magulladuras por culpa de los shorts que estaba usando.
Él asintió felizmente.

La señora posó su mirada en su hijo menor, y frunció el ceño. Felix estaba en casi las mismas circunstancias que Jisung.

— Lee Yongbok, ¿qué fue lo que tu creativa imaginación hizo esta vez?

Felix la miró indignado.

— Absolutamente nada, mamá. Fue culpa de Jisung y lo mal que monta bicicleta — respondió y pasó derecho entrando a su casa, no sin antes despedirse. Entró a su habitación y apenas tocó la cama se quedó dormido.

— Señora Lee... ¿de casualidad sabe dónde está Minho? Lo llevamos buscando un buen rato — indagó Jisung en voz baja.

Rogó porque el chico se encontrara en casa. Estaba anocheciendo y debía regresar al hotel donde su madre le dijo que se hospedarían.

— Ah, cariño. Él no está acá. Salió hace rato y no ha vuelto. Lo lamento, Jisung... pero si lo ves, dile que regrese pronto porque la cena está casi lista — respondió, y le preguntó una vez más a Jisung si se encontraba bien.
El chico nuevamente dijo que lo estaba y sonrió mientras se despedía de ella, dándole las gracias.

Cuando oyó la puerta cerrarse detrás suyo, su sonrisa se desvaneció. Su mirada ahora era inexpresiva.

Caminó lentamente unos pasos y se sentó en los escalones de la entrada. Había oscurecido y lo único que se veía eran las pequeñas estrellas y el lejano farol que emitía una apagada luz.

Jisung suspiró, y apoyó su cabeza en sus palmas, mirando aquel campo de lavanda, sin poder tener una vista clara debido a que se había hecho de noche.

Volvió a erguirse, acomodándose unos rubios mechones rebeldes, y se dejó guiar por sus pasos, adentrándose entre las lavandas y recogiendo a su paso algunas de estas, trenzándolas, haciendo una pequeña corona improvisada.

Pronto descubrió estar en medio de aquel campo, rodeado por oscuridad. Pero no estaba solo. Sonrió.

En frente se encontraba Minho, de espaldas a él, sumido en su propio mundo.

Se oía desde donde estaba Jisung que el otro estaba escuchando música a todo volumen. Minho estaba escuchando la que solía ser la canción favorita de Jisung.

Sin pensarlo mucho, le quitó los audífonos, riendo.

Recordó cuando Minho también le quitaba los audífonos y solía llamarlo como su molestia debido a eso. Sonrió.

Su molestia y de nadie más.

— ¡Eh! Pero ¿qué te pas... — tosió fuertemente, atragantándose con su propia saliva ante la imagen del otro... —. ¿Jisung?

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The Flower Boy   ━━━━━.MinsungKde žijí příběhy. Začni objevovat