The Flower Boy ━━━━━．Minsung

33

Faltaban un par de días para que Felix se fuese lejos en un vuelo de las seis de la mañana, y Hyunjin no hacía más que llorar y ser mucho más dramático de lo que ya era.

Junto con Jisung, los otros dos habían salido a ver una película en cine.
Era su última reunión juntos por aquellas calles, que a ese punto ya traían muy buenos recuerdos a sus mentes.

Pero en ese momento lo único que sentían era una tediosa nostalgia.

Y de todas maneras —a pesar de los buenos recuerdos de Australia— Jisung seguía pensando en su antiguo hogar.
En su antiguo barrio y calles.

Incluso, en lo más profundo de su mente y sin admitirlo en voz alta, recordaba a su padre.

Pero en el que pensaba a diario era en Minho. Deseaba volver a verlo pero tampoco admitiría aquello en voz alta.

— Te extrañaré un montón, Yongbokkie — Hyunjin le dió un corto beso y un abrazo de oso a su pareja, —el último, el que duele más—.

— Prometo escribirte cartas cada vez que pueda — afirmó Felix, y sonrió levemente.

Hyunjin asintió, e intentó borrar su expresión melancólica, pero más lágrimas llegaron.

— Recuerda darle a Minho saludos de mi parte.

Jisung, que venía callado desde hacía rato, analizando sus pensamientos, regresó a la realidad. Casi se le reinicia el sistema; quería articular alguna palabra pero no salía nada de su boca.

Los otros dos lo miraron extrañados.

— ¿Pasa algo? — preguntó Felix.

No podía ser que Lee Minho fuese pariente de Lee Felix...

¿Cuantos Lee Minhos existían? Quizá muchos, y Jisung ni siquiera había oído a Felix nombrarlo y menos describirlo.

Pero algo le decía a Jisung que ese era su Lee Minho.

«¿M-Min?»

— ¿L-L-Lee Minho?

— Sí, mi hermano.

♡๑✧ ～ ✧๑♡

Jisung entró a paso rápido a su casa, asustando a la pareja de señoras que hablaba tranquilamente en el comedor.

Entró directamente a su cuarto y volvió a empacar la maleta que había desocupado hacía mucho. Estaba dispuesto a irse en ese vuelo junto a Felix.

«¿En que estoy pensando? Estúpido, estúpido, es imposible que te largues»

— ¿Jisung, qué pasa? — la señora Han, que llegaba ahora a la habitación del chico, estaba completamente confundida por el comportamiento de su hijo.

— Yo, yo- — dejó su ropa arrugada dentro de la maleta y se sentó en su cama, tapando su rostro rojo del llanto —. Quiero volver. No soporto aquí sin él. Quiero volver con Minho. Yo, yo lo amo.

Su madre le dió una sonrisa comprensiva. Ella lo sabía desde que su hijo había llegado con ella a Australia. Lo vio en el brillo de los ojos de Jisung.

«Los ojos delatan lo que el corazón siente...»

Ella se fue de la habitación a hablar con su pareja. Tenían varias cosas que organizar si querían tomar un vuelo de varias horas hacia un pequeño pueblo.

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