The Flower Boy ━━━━━．Minsung

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tw: muerte, violencia;
puedes saltarte el cap si deseas.

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Todo se fue a la mierda en ese momento.

Se notaba por la botella vacía que sostenía el padre de Jisung, que había bebido y seguramente no estaba sobrio del todo.

— Tienes cinco segundos para correr, Han Jisung, porque te mataré hoy mismo. Y en cuanto a ti — señaló a Minho con la botella —, no te quiero ver nunca más.

Estampó la botella contra el primer mueble que encontró en su cocina, dejando solo un extremo puntiagudo que cortaba de tan solo mirarlo.

Ambos chicos corrieron. Minho salió corriendo hacia su casa, pero Jisung se quedó dentro.

Su padre se abalanzó hacia él, que subía por las escaleras a toda máquina, y le enterró el vidrio en el talón.

El chico gritó de dolor, pero se zafó del mayor, y siguió corriendo hasta alcanzar el segundo piso.

Se fue de bruces, y lo único que pudo hacer fue arrastrarse hasta llegar al baño del pasillo.

Su padre llegó segundos después, quien a pesar de estar bajo efectos del alcohol, logró subir las escaleras realmente rápido.

Jisung abrió la puerta del baño, y la cerró detrás suyo con fuerza. De todas formas, aquello fue en vano. Su padre entró haciendo un gran estruendo, asustando al chico, quien cayó sentado dentro de la tina de la bañera, enredándose con la cortina.

Vió como su padre se acercaba a paso lento, como si le estuviera dando tiempo para hacer memoria de todas las cosas que hizo en su vida, las que no hizo, y las que no iba a llegar a hacer nunca.

Hasta sintió su muerte acercándose, y así, pensó con melancolía lo tanto que habría querido conocer a su madre. Conocer el amor maternal.

Conocer el amor, en general.

Y pensó en Minho.

A pesar de que Jisung no conocía bien el amor, conocía otro sentimiento: rabia.

Odió a Minho por haberlo dejado en el pasado. Pero más se odiaba a si mismo, por no haber superado la situación después de tanto tiempo.

Pero ¿por qué no lo habría superado?

Quizá, porque sentía cosas por él desde hacía tanto, y nunca se había dado cuenta porque el resentimiento opacó todos sus otros sentimientos.

Se levantó mientras sentía como la ira ardía cada vez más dentro de él.

Pronto se descubrió a sí mismo plantándole un buen golpe a su padre en toda la mandíbula. Él perdió la estabilidad y se fue para atrás, mirándolo con el mismo enojo con el que lo miraba siempre, pero triplicado.

Jisung intentó no temblar. Pero no logró evitarlo; temblaba, no de miedo, sino de rabia.

Apretó sus puños hasta que sus nudillos se volvieron blancos, y volvió a golpearlo luego de esquivar el puño de su padre.

Lo golpeó una y otra vez, mirando con ira el rostro hinchado y sangriento de su padre.

Lágrimas se perdían en las mejillas de Jisung.

En el último golpe vio como su padre perdía el equilibrio y se caía hacía atrás.

Oh, mierda.

Al caer, la cabeza de su padre impactó contra el grifo de la tina y finalmente cayó dentro de esta. La sangre salió sin prisa de su cráneo; sus ojos cerrados para no ser abiertos nunca más, y ver con esa despreciable mirada a su hijo.

A Jisung se le aceleró el corazón. Se cubrió la boca con las manos, alejándose tambaleante del cadáver de su padre. Las lágrimas habían cesado, pero el rastro casi seco de ellas quedaba en su piel.

Una mezcla de emociones lo atacó. Pero sobre todo, miedo, sin saber realmente qué era lo que acababa de hacer.

«Oh, maldita sea»

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