XXXVI

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Estabas ausente. Demasiado. Tu familia lo notaba, pero lo disimulaba porque suponían que era el cambio de ambiente el que te tenía de esa manera. Después de todo habías estado un año, quizás un poco más lejos de ellos, y seguramente ahora te sentías abrumada por toda la situación.

Nadie adivinaba que la mitad del tiempo estabas triste extrañando a cierto detective, y la otra mitad soñando despierta sobre el mismo hombre.

Una sonrisa se dibujaba en tu rostro cada vez que estabas sobre tu cama y escuchabas completo silencio, estabas acostumbrada a por lo menos oír un balazo a la mitad de la noche, o a escuchar una sonata melancólica en las cuerdas de un violín mientras afuera llovía, recordaste como te escabullías a espiarlo: su porte recto, su mirada perdida en el paisaje en la lejanía, sus pies sobre la alfombra y su bata de dormir, que de vez en cuando robabas para molestarlo durante el último par de meses. Ahora, el silencio y la calma de la noche producida porque todos los habitantes de tu casa estaban durmiendo como hacía la gente normal te abrumaba, lo odiabas, sentías que no podías respirar, una lágrima cayó por tu mejilla porque no podías saber cuando volverías a ver al amor de tu vida.

> > Duérmete.

La vibración del celular casi te hizo saltar y caer de la cama. 

> > ¿Cómo demonios pudiste siquiera saber que estaba despierta? 

> > Una deducción

> > Literalmente ni siquiera puedes verme.

Sherlock sonrió, casi podía ver como estabas mirando a tu alrededor en busca de una cámara.

> > No tengo cámaras instaladas en tu casa y no te estoy espiando.

        Desafortunadamente.

 Soltaste una risa mientras leías la pantalla y rápidamente escribías una respuesta.

> > Vamos, te encanta presumir, dime más sobre tu deducción.

> > En esta ocasión fue demasiado fácil. Simplemente un error humano.

> > ¿Error humano? ¿Vas a cortarme por mensaje?

> > NO.

      Es solo que creí que tendrías insomnio porque ha sido una semana completa sin que me veas, es lógico. Una semana entera sin contacto físico y ni siquiera una llamada, porque al parecer me estás evitando.

> >  Lo siento, Sherlock, he estado un poco ocupada poniendo todo en orden por aquí.

> >  Lo sé.

> > ¿Estás molesto? 

> > No, ¿por qué habría de estarlo? Lo estaría si fuera una táctica para deshacerte de mi. 

> > Sabes que no lo es, tonto. Solo estoy preparando el terreno. 

> > ¿Para qué? 

> > ¿Cómo?, ¿el señorito deducciones no puede hacer una deducción así de sencilla?

> > ...

> > ¿Sherlock? Es una broma.

> >Lo sé. Es hora de que vayas a dormir.

> > Está bien, me iré a dormir.

> > Espera...

      Te extraño.

El defecto de la razónWhere stories live. Discover now