capi 19

2.4K 210 10
                                    

Este capítulo es +18.

La noche estaba en su máximo esplendor cuando Jennie despertó. Lisa estaba junto a ella pero parecía que nada podría despertarla. Observó a su alrededor y aún continuaban en la sala de la mansión Manoban. La televisión estaba encendida por lo que recordó ambas estaban viendo una película.
Deja eso de lado debido a que siente la garganta seca y va por agua. Al regresar, nota que Lisa había despertado y la estaba buscando.

—¿Me extrañabas?— Lisa no respondió.

Ver a la castaña frente a ella era lo suficientemente tranquilizador como para olvidar cualquier idea que haya tenido. En su lugar, prefirió observar el corto pijama que su novia estaba usando.

Sujetó a la castaña por las caderas y la ayudó a sentarse ahorcajada en sus piernas. Dudó un momento ante la posibilidad de ser rechazada pero decidió arriesgarse.

Jennie dejó que Lisa hiciera lo que quería, después de todo, siempre la sentaba en sus piernas pero está vez sintió que la rubia a tener una erección. Algo en ella se paralizó ¿Estaba lista para esto? No lo supo hasta que vio los ojos marrones que tanto la deseaban. Sí, lo estaba, lo quería y a cada segundo, comenzaba a anhelarlo.

Con lentitud Jennie comenzó a menearse para que el miembro creciera más, ninguna aguantaba las ganas de deshacerse de la ropa. Pero la castaña tomó la iniciativa y se arrodilló frente a su novia. La ayudó a bajarse los pantalones y liberó el libro erecto para comenzar a masajearlo.

—quítate la ropa y móntate— ordenó la rubia entre jadeos.

Jennie se quitó  la ropa pero volvió a su lugar. Con una mirada desafiante acercó el miembro a su boca y lamió lentamente la punta. Una sonrisa de satisfacción se formó en su rostro al ver temblar a la rubia para después entregarse por completo a los deseos de Jennie.

—cierra los ojos y disfruta — dijo antes de meterlo en su boca.

Lisa cerraba los ojos con fuerza y apretaba sin piedad los almohadones del sillón. El cálido trabajo de la castaña le gustaba más de lo que podía admitir y costaba no perderse en el deleite de ser atendida por la mujer que amaba.

Jennie no abandona los masajes mientras recorría el miembro tanto como podía.  Se esforzaba por hacer un buen trabajo y por la expresión de la rubia, lo estaba haciendo incluso mejor. Así, continuo por pocos minutos, menos de los que normalmente le llevaría a la rubia correrse pero Jennie conocía a su novia y sabía o que estaba sucediendo.

—ya no aguanto, mí amor — jadeo la rubia e intentó que Jennie abandone su trabajo.

Lisa alejó un poco a su chica para evitar correrse en la boca de Jennie, aunque al hacerlo, extrañaba la calidez de la misma.

—no quiero que lo saques, quiero probarte— confesó y continuó con más fuerza que antes.

La rubia aguantó poco y se corrió en la boca de su novia. Jennie tragó sin apartar la vista del miembro, que aún estaba listo para seguir. Sin dudarlo subió a las piernas de su novia y comenzó a repartir besos en el cuello y dejando sus huellas ya que no había ninguna en ese momento.

—eso fue asombroso, mí amor— Lisa sonrió y buscó los ojos de la castaña — me hiciste ver las estrellas —bromeo antes pegarla a su cuerpo.

Como Jennie no hacía mucho más que morderle y chuparle el cuello y clavícula, decidió ser ella misma quien acercara su miembro a la entrada de su novia. La sintió jadear cuando logró encontrarla.

—no, debes usar condón para eso. Ya no puedo tomar pastillas porque no harán efecto — dijo la castaña recordando las veces que lo hicieron sin protección.

—¿Qué tan malo sería?— preguntó volviendo a llevar su miembro al mismo lugar.

La castaña gimió y luego  bajó por el largo de su miembro. Apoderándose de él y apretándolo con su humedad y calidez. Lisa tomo eso como aceptación y sujeto las caderas de la castaña para que comience a moverse.

—ah~ te extraña tanto y no lo sabía — confesó Jennie entre gemidos.

Lisa le dejó el mando a su novia, ella era quien decidía cómo iba a hacerlo. Ambas estaban concentradas en mirar a los ojos de la otra y asegurarse de que estén sintiendo lo mismo. Ambas sabían que estaban jugando con fuego pero les resultaba agradable quemarse.

Cada minuto compartido era una eternidad de complicidad, cada movimiento era un país que las acercaba a una meta en común y cada sonido emitido, era resultado de las ganas de que ese momento nunca acabe.

La castaña daba pequeños saltos y Lisa no la soltaba en ningún momento. El placer que sentían las hacía desconectarse por completo de la realidad y perseguir algo en común.
Jennie no tardó en correrse y al hacerlo, arrastró a Lisa con ella. Ambas jadeaban sin remordimientos por lo que habían hecho.

—¿Estás bien?— cuestionó la rubia y Jennie asintió —¿No fue muy pronto para tí?— negó en respuesta para capturar los labios de Lisa como suyos.

No habían hecho nada excesivo ni brusco. Solo se permitieron sentir y saciar las ganas de las caricias que no habían podido compartir. Jennie era quien sentía más conflictos antes de ese momento pero Lisa se encargaba de mostrarle que podía confiar en ella.

—te quiero Lisa — soltó Jennie al abrazar a su novia con cariño.

Lisa le  sonrió y no necesitaba responder para que Jennie entendiera que ella sentía lo mismo, por eso solo la beso la mejilla e hizo mimos en la cabeza para que se relase. Se quedaron así, desnudas, abrazadas y si entiendo la respiración de la otra por un largo rato. Hasta que Jennie comenzó a pensar con más claridad.

—deberíamos subir. No quiero que Jisoo nos encuentre desnudas en la sala— se puso de pie y comenzó a buscar su pijama.

—tal vez le serviría para que deje de verte como a una niña— Jennie no pudo evitar reír mientras se ponía la ropa.

—tengo dieciocho años, soy una niña ante sus ojos—le tendió la mano a Lisa para que s exponga de pie y se suba los pantalones.

La rubia aceptó la ayuda y luego se levantó los pantalones. Jennie comenzó a caminar para la habitación mientras ella se había quedado pensando.

—para mí no eres una niña— Jennie volteó algo confundida —¿Crees que soy muy grande para ti?— cuestionó algo preocupada.

Jennie levantó los hombros, restándole importancia al asunto. No se había cuestionado nada sobre la diferencia de edades porque al principio pensaba que solo tendrían sexo. Cuando Lisa le pidió que sea su novia, siguió pensando que era una forma de posesividad de la rubia pero después todo cambio y algo como la edad, no parecía tener importancia.

—no, aunque… en realidad no se cuantos años tienes. Jisoo solo dijo que ella era tu hermana mayor— la rubia asintió, caminando a paso lento hasta llegar con ella.

—tengo veintiséis años, son ocho más que tú— la castaña asintió y dejó un beso fugaz en la labios de Lisa.

—solo son unos años, he tenido novios mayores antes— la repentina seriedad de Lisa puso en alerta a la castaña.

La expresión cargada de preguntas y un agarre en su brazo izquierdo que antes no había notado, se hicieron presentes. Sabía que la rubia no estaba enojada pero podría estarlo en cualquier segundo si le decía algo que no le gustaba.

—quiero nombres…

—¿Qué harás? No diré nada porque no quiero que les pase nada. Confórmate con saber que serás la última porque nada podrá separarme de tí— Lisa sonrió, satisfecha con la respuesta.

Dejó un beso en el hombro de la castaña para luego alentarla a continuar subiendo las escaleras.

—nada me hace más feliz que tú también lo sepas — susurró en un intento de que su novia escuche pero sin exagerarlo.

No hacía falta más palabras. Compartían el sentimiento de querer estar en la vida de la otra para siempre. Podría resultar difícil pero ambas conocen el sentimiento de soledad y desde que comenzaron a dejar fluir lo que sentían, descubrieron que es mejor la compañía de alguien que te cuide.

—apresúrate, creo que será extraño volver a dormir en tu cama y no puedo esperar ni un minuto más — Jennie se veía emocionada.

La hermosa sonrisa y las mejillas rosadas de la chica, hicieron que la rubia inspirase profundo para conseguir algo de aire. Aire que su novia se encargaba de robárselo al dejarla sin aliento con cada pequeño detalle.

—Jennie…— la llamó con la voz temblorosa y la castaña la miró confundida— yo también te quiero— eso era todo lo que faltaba por decir. 



Lista la actualización. Espero les guste y voten 😉


mi mafiosa favorita (Jenlisa G!p)Where stories live. Discover now