capitulo 11

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Jennie estaba en la mansión Manoban. Lisa ni siquiera quería dirigirle la palabra desde que la sacó del restaurante. Ya habían pasado tres días, aún así, nada cambiaba.

—deja de actuar de esa forma Lisa, sabes que Rosé es la única culpable — habló Jisoo, cansada de que su hermana actúe como si la castaña no existiera.

—metete en tus propios asuntos Jisoo, ella se fue a con Rosanne porque…. — no quería decir que a su novia le había gustado Park, pero era eso lo que pensaba.

Jennie se levantó furiosa. Ya no lo soportaba, la rubia la había ignorado lo suficiente como para llegar a su límite. Sin decir nada, salió de la mansión. No quería que todo se salga de control, tuvo suficiente con el rechazo constante de Lisa.

—Nadie de aquí te llevará con tu asqueroso padre — era la voz de su novia, las palabras salían con odio.

Ella se detuvo un segundo. Quería reprocharle que esas sean sus primeras palabras, sin embargo, no sé atrevió hacerlo. Siguió sus pasos, no volteó, era suficiente para ella.

La rubia la observaba desde la entrada de la mansión, tomó la tableta en sus manos para ver las cámaras de seguridad y evitar, en caso de que la castaña voltee que la descubra viéndola.

Jisoo se acercó a su hermana, veía la tableta en su mano y se preguntaba hasta donde sería capaz de llegar Lisa para conversar su orgullo. Por lo visto, el enfado era grande, aunque quizás, no tanto como para dejar que la castaña camine hasta la casa de su padre.

Los minutos pasaban y la castaña al fin llegó a la salida de la mansión. Jisoo fue quien recibió la pregunta en su dispositivo para confirmar que Jennie podía marcharse.

Lisa asintió, la dejaría caminar un rato, luego la traería de nuevo a la mansión. Estaba enojada, pero no tanto como para dejarla con el psicópata de Robert.

—dejen que salga— ordenó Jisoo.

Lisa continuaba mirando por la tableta. Jennie caminaba fuera de la mansión. Se veía realmente furiosa en cada paso que daba.

—sería más fácil si tan solo la escuchas— dijo Jisoo pero Lisa la ignoró.

No tanto porque no le importaba lo que tenía que decir, sino, por la camioneta que se detuvo junto a la castaña y de la cual emergió Park. Tanto Lisa cómo Jisoo se quedaron sorprendidas. La rubia fue la primera en comenzar a correr con la tableta en sus manos, pero su hermana mayor la seguía de cerca.

Lisa temía que algo le suceda a la castaña pero se detuvo bruscamente cuando notó que su novia reía animadamente de lo que sea que le dijo Park. Jisoo también decidió observar la imagen, parecía una estupidez, su ex, sonriéndole a la novia de su hermana.

Fue complicado dejar de lado la imagen para continuar corriendo. Lisa fue la primera en reaccionar. Dejó tirada la tableta mientras se acercaba a la salida. Algunos de sus guardias comenzaron a correr detrás de ella. Aunque ninguno entendía el motivo por el que lo hacían.

Al salir, se encontraron a Roseanne ofreciéndose para llevar a la chica.

—¿Qué mierda te dije Park? — gritó Lisa mientras Jisoo salía detrás de ella.

Los ojos de Roseanne se iluminaron al ver a la pelinegra. Le costaba mucho hacerlo sin estar oculta en algún lugar. Jisoo nunca se tomaba como algo positivo cuando ella estaba presente.

—tranquilízate, busqué a Jennie en casa de Robert pero me dijo que estaba aquí, así que vine a disculparme— levantó las manos en señal de rendición — me comporté mal con ella y no creo que lo merezca —fingió inocencia y Jennie soltó una pequeña carcajada.

Roseanne le dijo que sospechaba que en realidad salía con Jisoo y como no puede vivir sin ella, quería matarla, pero, ahora que sabe la verdad, realmente lo sentía mucho. La castaña aceptó la disculpa luego de que Park asegurase que llegó a la mansión con una mala excusa pero unas ganas enormes de ver a Jisoo.

—¿Qué es lo gracioso? — cuestionó Jisoo en un ligero ataque de celos.

Lisa miraba a Jennie cómo si de sus ojos pudiera salir fuego. Se pegó al cuerpo de la castaña, sus manos la rodearon posesivamente  y luego miró a Roseanne, con la intención de sacar su arma para acabar con la mujer que dañó a su hermana y que ahora se acercaba a su novia.

La tranquilidad de Park solo la enfurecía más, pero Jennie se estremecía del miedo. Todas ahí parecían estar acostumbrada a enfrentamientos, ella era la única fuera de lugar.

—basta Lisa, ve a adentro — la rubia miró a su hermana y asintió porque también notó a su novia temblando.

Sujetó a la castaña con fuerza y la llevó adentro nuevamente. Jennie no sé atrevía a decir una palabra, solo caminaba con su novia hasta el interior de la mansión. Ninguna se preocupaba por Jisoo ya que había por lo menos, una docena de guardias custodiándola.

—¡Suéltame!— exigió la castaña una vez que entraron a la mansión.

Lisa la soltó, aunque solamente para sujetarle el brazo como lo hacía antes. La presión era demasiada, la castaña prácticamente era arrastrada escaleras arriba. Jennie gimió de dolor cuando entraron a la habitación y su novia la estampó contra la puerta. Sintió como olfateaba su cuello e inconscientemente le dio  mejor acceso.

—¡Eres mía! Nadie puede acercarse a ti — la voz ronca de Lisa hizo que mojara las bragas.

Jennie mordió su labio inferior mientras observaba el siguiente movimiento de su chica. No fue una sorpresa cuando la empujó a la cama, pero si, cuando le ató las manos con su cinturón y las llevó sobre su cabeza.

—déjalas ahí o seré muy mala contigo — la castaña sonrió con malicia y bajó las manos en una señal de reto a la rubia — creo que ya elegiste lo que quieres— Jennie asintió, seguido de eso, obtuvo su apasionado beso.

La lengua de Lisa no desaprovechó la oportunidad de ingresar a la boca de la castaña cuando gimió por el brusco pero placentero beso. 

Querían continuar ese beso, sin embargo no podían, Lisa estaba concentrada en arrancarle la ropa a su novia. Jennie en cambio, se preocupaba por no comenzar a gemir demasiado alto, ya que ni siquiera le habían quitado toda la ropa.

La blusa de la castaña terminó hecha trizas en el piso, el pantalón desapareció tan rápido que llegó apensar que lo  llevaba puesto. El sujetador solo fue desprendido y sus bragas acabaron igual de rotas que su blusa. 

—te arrepentirás por salir con otras personas — Lisa le dijo eso mirándola a los ojos.

Lo siguiente sucedió tan rápido que Jennie gritó de placer con mucha fuerza. Lisa había enterrado su rostro en su intimidad. Lamió un par de veces antes de capturar el clítoris de la castaña y hacerla gritar aún más alto.

Jennie intentaba sujetar la cabeza de su chica para que no se le ocurra salir de allí, pero se le dificultaba con las manos atadas. Lisa entendía el mensaje de todas formas y no planeaba soltarla aún. Con una de sus manos sujetó el muslo de su castaña y con la otra, buscaba darle más placer.

Introdujo dos dedos sin previo aviso. Jennie arqueó su espalda mientras gritaba que continúe.  Lisa obedeció. Bombeaba rápido y con firmeza mientras su boca se encarga del pequeño manojo de nervios de la castaña.

—ya no aguanto… ah~…— Lisa sintió los músculos internos de la castaña ciñéndose.

Estaba llegando al límite, así que solo retiró sus dedos, alejó su boca de allí y también soltó el muslo de Jennie. La castaña la observó frustrada y molesta. Quería gritarle pero al ver cómo la rubia sonreía, sabía que lo hizo con toda la intención de fastidiarla.

—¿Qué sucede? ¿Estás caliente?— se burló rápidamente mientras se alejaba de la castaña.

—no quiero hagas esto Lisa, por favor— suplicó con las mejillas rojas.

—¿hacer qué?  Dime qué es lo que quieres y yo lo haré por ti — Jennie miró hacía un lado, no respondió — dímelo y lo haré tan bien que no podrás levantarte de la cama en varias horas— Le susurró en el oído.

Luego fue al cuello de Jennie, no sé resistió a morder y chupar sin piedad mientras la chica gruñía. La sentía moverse de forma deliciosa debajo de ella, aunque seguía sin responder.

—supongo que no quieres nada más de mí — aseguró Lisa, su voz era severa aunque solo se estaba divirtiendo con su chica.

—quiero que me folles Lisa, que me marques como tuya. Quiero que me lo hagas duro, que te quites la ropa y no tengas piedad de mí — la rubia sonrió.

Hizo desparecer su ropa en segundos. Estaba tan excitada que al bajar el boxer, su miembro saltó a la vista de la castaña como si fuese dulce tentador. Jennie quería sentirlo en su boca, pero lo dejaría para otro momento, porque su intimidad goteaba por la necesidad de ser llenada.

Lisa miró una vez más a su novia. Jennie asintió cuando la vió acercar el miembro sin protección a su entrada. Quería el paquete completo esta noche y solo lo tendría de este modo. La rubia al ver el asentimiento de su castaña, ingresó lento, asegurándose de no lastimarla. Cuando supo que todo iba bien, ya no tuvo piedad.

Las estocadas hacían gritar cada vez más a Jennie, no había forma de que mantenga la boca cerrada. No cuando Lisa la estaba follando tan duro. Tan delicioso y tan ella misma.

—quiero que te corras en mi interior y me llenes con tu escénica— la rubia sonrió con malicia.

No detenía sus movimientos con nada. Jennie la apretaba cada vez más, la había excitado mucho con su juego precio y ahora ambas se correrían demasiado rápido. Lisa no era capaz de tolerar el cálido y húmedo túnel de Jennie ciñéndose alrededor de su miembro. Se sentía en su límite cuando la castaña tembló de placer, fue peor cuando la vio morderse el labio y luego comenzó a gritar su nombre como si no hubiera mañana.

Jennie acabó de sentir las réplicas de su glorioso orgasmo cuando ya se sentía en busca de otro a causa de las penetraciones de Lisa. Le dijo que quería que se lo haga duro, pero esto estaba en otro nivel.  Incluso parecía no sentir sus piernas por los temblores pero no le importaba, quería más, quería a Lisa dentro de ella para siempre.

La rubia gruñó cuando sintió que ya no podía controlarlo más. Se corrió en el interior de la castaña y eso le provocó un segundo orgasmo a si chica. Obtuvo lo que quería y tendría aún más de lo mismo porque ninguna estaba dispuesta a renunciar hasta que  sus cuerpos les exija detenerse.

...

—no quiero salir con otras personas, te tengo a ti Lisa, eres todo lo que quiero— confesó la castaña después de que ya no pudieron continuar con lo que venían haciendo.

—estoy segura que no conocias a Park desde antes ¿Por qué mentiste que era tu amiga? ¿Te gusta?— la castaña se pegó al cuerpo de su novia para sentirse segura.

—no, ya no puedo ver a nadie que no seas tú— confesó sintiéndose avergonzada— yo...  Creo que ya nadie me puede atraer como tú y eso me asusta— Lisa la abrazó, lo hizo con fuerza para darle seguridad.

no hicieron falta más palabras. Jennie sabía que su novia no iba a responder a eso pero le avisaba que la repuesta que ella misma le dió, fuera suficiente para acabar con las dudas de su chica.




mi mafiosa favorita (Jenlisa G!p)Where stories live. Discover now