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Los días pasaban uno tras otro sin detenerse, sin darles la oportunidad de cambiar algo. Lisa se concentró en su trabajo y evitaba pasar mucho tiempo en la mansión, incluso con Jisoo de regreso, ese lugar seguía pareciendo un sótano en el que la torturarían hasta que se durmiera por el cansancio.

—señora Manoban, los guardián han tomado la nueva formación que ordenó — le dice Bambam, su guardia de confianza.

—perfecto, no quiero que nadie vuelva a ingresar a esta ciudad sin que yo lo sepa— dijo mirando al casco de su guardia — llama a la policía e informales de esto— agregó mirando al muelle.

El guardia tomó nota y se alejó lentamente para supervisar que todo se mantenga en orden. Lisa últimamente no tenía  paciencia y no dudaba en castigar a quien sea para que todo se cumpla al pie de la letra.

—Lisa…— la llamó Jisoo y la rubia volteó con su característica seriedad.

Las ojeras estaban marcadas y lucía bastante cansada pero nada podía hacer para ayudarla porque ella no se lo permitía. No hablaba sobre lo que sucedió y no quería ni siquiera escuchar el nombre de Jennie. Se dañaba a si misma al mantenerse en silencio. Algo que para su hermana mayor, era inaceptable.

—¿Qué sucede?— cuestionó la más alta mirando el bolso que traía su hermana en la mano.

—Tengo el traje con protección que pediste y también el casco— le entrega el bolso a la rubia un tanto preocupada— no entiendo para que los quieres, dijiste que ya no estarías metida en los conflictos armados— dice preocupada por su hermana.

Jisoo mira alrededor y todo está mucho más asegurado que antes. El muelle parece un lugar de acceso restringido, tanto que incluso la policía debe pedir permiso para pasar por allí. La nueva alineación lo hacía ver más imponente que antes y eso era bastante difícil de conseguir, pero aún así, Lisa lo consiguió.

—eso es porque lo había prometido pero ahora no hay nada que me detenga— responde mientras revisa que su traje sea el correcto — con esto puesto estaré segura — agrega para tranquilizar a la pelinegra.

Nada puede calmar la preocupación de Jisoo. Ella sabe que su hermana siempre ha participado en los conflictos armados pero luego de prometerle a Jennie que ya no lo haría, el miedo de perderla se había desvanecido y odiaba la idea de que vuelva a hacerlo.

—¿no voy a convencerte de que dejes esa idea? — Lisa negó con seguridad.

—estaré bien, todavía tengo que cuidarte ¿Lo olvidas? — responde un poco más tranquila pero sin llegar al punto hasta el que había avanzado con la castaña presente.

La rubia vio la el miedo en los ojos de su hermana. Había desaparecido por un tiempo pero ahora estaba de regreso y aunque le dolía ser la causante de eso, no iba a cambiarlo. Ella estaba dispuesta a volver a tomar su lugar como antes.

—en ese caso ya no diré nada más — se rinde la pelinegra mientras invita a su hermana a caminar por el muelle— Tobías Kim me ha hablado nuevamente, ahora es el jefe de los Kim — Lisa asiente dando un suspiro cansado.

—todo el mundo sabía que él debía ser el jodido jefe y solo está ocupando el lugar que le corresponde — Jisoo sonríe en señal de aprobación.

Mientras las olas hacen el ruido suficiente como para apagar el silencio entre respuestas, el viento causa alivio en la rubia. Disfruta del aire frío porque le permite sentir algo después de tantos días o semanas en donde la muerte la abrazaba con fuerza.

—el chico es bueno en lo que hace y quiere recuperar la sociedad — Lisa se detiene de golpe — dice que espera que consideremos su oferta — agrega la pelinegra.

mi mafiosa favorita (Jenlisa G!p)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum