Algo etéreo es intangible o poco definido pero a la vez sutil, incluso sublime... Algo así es lo que buscamos todos o es lo que me gustaría pensar.
- Marcia.
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Fueron casi dos semanas de reposo en casa aguantando a Esteban que seguía de intenso hasta que por fin pudo regresar a trabajar, había extrañado tanto el silencio de su oficina, ahí todo funcionaba tal y como debía, lo mejor es que Esteban no estaba encima de ella como en la casa, lastimosamente no era de la forma que ella quisiera porque él todavía seguía tratándola con guantes de seda, incluso en el sexo. Un rato antes del horario de almuerzo, Lucrecia decidió invitarla a comer fuera, aprovechando que era su primer día de regreso al trabajo quería alejarla de Esteban para que descansará por un rato.
– ¡No sabes cuanto te agradezco que me rescatarás! — caminan por el estacionamiento
– Dos semanas en casa con Esteban no habrán sido sencillas, necesitas un respiro
– En verdad si — suspira — Ha estado tan intenso, rezaba para que uno de los niños se portara mal y así mantenerlo distraído pero los dos decidieron ser unos angelitos
– Se suponía que fuiste a casa para descansar del estrés, como yo lo veo Esteban te causó más
– Es lo más probable ¿Vas a manejar tú?
– Si, aprovecha para relajarte, además quiero llevarte a un buen lugar
– Hablando de eso ¿Qué vamos a comer?
– Cuando lleguemos sabrás — destraba las puertas — Por cierto, me encanta este look mata cardíacos
– ¿Si? Quería regresar con todo a la oficina
– Me encantó, la blusa transparente fue la mejor opción
La verdad es que necesitaba sentirse empoderada, durante la última semana estuvo pensando en que ponerse para su primer día, así fue como terminó comprando en linea la blusa en plena madrugada, también iba a aprovechar que su ropa todavía le quedaría bien por lo que estreno unos pantalones de tiro alto que estilizaban muy bien el look.
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Pasaron en el coche no más de 25 minutos, se pusieron al tanto de algunos chismes de la oficina y luego bajaron a una especie de "plaza" donde habían puros carros de comida, si ya amaba a Lucrecia por salvarla de Esteban, ahora que sabía lo que almorzarian, era capaz de hacerle un altar en su casa.
