Un final ¿feliz?

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Capítulo 46

Un final ¿feliz?

Mara

Están por darme de alta a mí y a la mayoría de las chicas que fuimos internadas. Pasamos toda la noche en el hospital y ahora que nuestros exámenes han dictado que estamos bien, saldremos junto a nuestros seres queridos.

Tere no pudo investigar nada sobre Eric, ya que le han dicho que es información clasificada únicamente para la policía y familiares. Nosotros no encajamos en ninguna de esas categorías.

No he podido dormir, me acostumbré a a no hacerlo después de casi dos meses en el infierno. Tampoco he hablado, mi única palabra ha sido "Eric". Quiero hablar, mi cabeza piensa mucho en las respuestas que deseo brindar ante cada cuestionamiento que me hacen, pero es como si mi voz se encontrara en huelga. No quiere salir, no quiere compartirse con nadie.

Es extraño.

Soy otra persona.

Y entre todo lo que he estado pensando, es que hay un antes y un ahora de Mara Cano. 

Antes era parlanchina, altamente sensible, entusiasta, loca, ridícula, inmadura... feliz.

Ahora no siento nada. No puedo hablar, no puedo expresarme con claridad y tampoco me importa hacerlo. La vida ha perdido cualquier clase de sentido para mí. Me da igual casi todo, excepto Eric.

Lo único que siento ahora, es preocupación por él. Y aún así, no hago nada. No digo nada más allá de su nombre. 

No hay nada aquí.

Me siento vacía.

Sola.

Incomprendida.

Entre los ecos y murmuros que hay a mi alrededor, un nombre en particular capta mi atención. Alzo la mirada hacia el televisor de la habitación y me encuentro una cápsula del noticiero de esta mañana en la que están alabando a Eric por su desempeño en el operativo a lo largo de los últimos meses.

"Es un héroe sin capa, pero con uniforme a la medida" menciona en tono coqueto la guapa mujer que habla sobre su hallazgo mientras una foto de él, en la que se mira sumamente apuesto, aparece a su lado.  Dice que se encuentra en el hospital debido a un colapso de estrés y cansancio que fue acumulando por poner como prioridad el bienestar de la ciudad y resolver la situación. Sí, lo creo. Conozco lo intenso y dedicado que puede llegar a ser ese hombre. Por último, le desean una pronta recuperación y termina la nota.

¿Cómo es posible que a Tere no le quisieron dar información por no ser su familiar, y la televisión a nivel nacional recién ha dado el diagnóstico más estúpido y antiprofesional que existe?

Es un circo, pero no me incumbe.

—Qué bueno que esos animales ya se encuentran tras las rejas —dice alguien en la habitación.

*

Me dan de alta. Camino entre los cuerpos de mis padres y Tere. Voy con la mirada perdida siendo dirigida por ellos hasta que en mi blanco y negro se mira un pequeño destello de colores a lo lejos.

El oficial de mis sueñosTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon