Bienvenida a la familia

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Capitulo 21
Bienvenida a la familia

Mara

Las bellas y esperadas vacaciones han llegado.

Eric y yo subimos nuestras valijas a la cajuela de su camioneta porque iremos al valle de piedras, una pequeña ciudad que está a varias horas de distancia de casa. Dice que tiene más de un año de no ir a visitar a su familia, y me ha pedido que lo acompañe. Mentiría si digo que esto no me emociona, pues estoy que estallo de felicidad porque él sólo ha decidido presentarme ante ellos.

—¿Qué haremos en nuestro aniversario y mi cumpleaños? Ya están cerca—pregunto para hacer plática en el camino.

—¿Una cena? —responde dudoso.

—El hombre que me pidió ser su novia en Bora Bora, ¿quiere una cena de aniversario? —cuestiono en total desacuerdo.

Él sonríe divertido.

—No di especificaciones sobre el tipo de cena.

—¿Y cómo será?

—Es sorpresa.

—No es justo, ¿qué tal si no me gusta?

—Te gustará, confía en mí.

Confío en él, me ha demostrado que sabe hacerlo muy bien.

Busco una buena canción para el ambiente del viaje antes de condicionarlo:

—Sólo evita animales.

Él me mira confundido un momento antes de regresar su vista a la carretera.

—¿Por qué habría animales?

—No lo sé, pero evítalos. Sabes que no me quieren.

***

Un sueño reparador y algunas horas más tarde, entramos a una divina ciudad. Miro por la ventana con una mezcla de asombro y emoción. Todo es muy colorido. Casas, locales, plazas y banquetas, en las que predominan: azul, verde, rosa, amarillo, morado y rojo en distintas tonalidades.

—¿Qué es este lugar? —suelto maravillada.

—Bienvenida a mi hogar, Mara.

No me sorprende que una ciudad como esta, haya formado a un hombre como el que justo ahora se encuentra a mi lado. Sonrío y me deleito con la vista mientras llegamos a nuestro destino: Una casa color beige, con coloridos adornos en su patio delantero.

—A tu mamá le gustan las ranas —digo mientras atravesamos el pasillo de concreto que nos conduce entre el pasto. Se ve una serie de ranas por todas partes: de plástico, yeso, piedra, madera, y hasta... ¿eso es oro?

Vaya.

—Es su fan número uno —responde él, sosteniendo mi mano y mostrando una encantadora sonrisa que me derrite pero sobrellevo.

La puerta aparece frente a nosotros y él toca con sus nudillos. A los pocos segundos, se escuchan unos agetreados pasos que corren al otro lado. Un par de seguros y bam, es abierta, permitiéndonos ver a un chico de cabello alborotado y ojos tan preciosos como los de Eric. A decir verdad, son muy parecidos, a excepción de que su cabello es más claro y con menos músculo trabajado.

Ellos hacen contacto visual.

—Pendejo —dice el muchacho.

—Idiota —responde Eric.

Me sorprendo, no entiendo qué sucede, y mi corazón salta un poco cuando veo que se acercan, sin embargo, un cálido abrazo es el que se obsequian y yo descanso. Veo el rostro del pequeño Eric (el muchacho del cuál aún desconozco nombre), su sonrisa es genuina. Le alegra que Eric esté aquí.

El oficial de mis sueñosWhere stories live. Discover now