85. Deseos y lo que necesites

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—¿Discutieron? —Lara dejó su taza de vuelta sobre la mesa, mirándole con perplejidad. Félix sonrió, un poquito apenado, y se encogió de hombros tratando de sacarle importancia al tema—. No mencionaste eso.

—Bueno, no creí que fuera necesario. Dije un par de cosas que probablemente no debí haber dicho y, uh…

—¿Qué tipo de-?

—Nada alarmante, solo… —solo algo parecido a una amenaza, presión para que Serena se pasara a su lado y no siguiera en el de los Tybur, o en el de Marley, pero no había necesidad de que ella lo supiera—. Solo fui un poco grosero, nada más.

Lara le miró, todavía con sorpresa pintada claramente en sus ojos, y Félix dejó escapar una pequeña risa que delataba sus nervios. Su atención volvió hacia la carta aún en sus manos y con un cuchillo que estaba ahí en la mesa, la abrió de golpe y sacó el papel doblado en el interior con extrema lentitud, como si las palabras escritas en el pudieran herirle con tal de leerlas de mala manera.

Lo que seguramente pasaría. Serena no parecía ser alguien que perdonaba fácil, mucho menos de las que daba segundas oportunidades y ciertamente, Félix no la culparía si decidía no hacerlo. Precipitarse a abrir la boca fue su decisión, y tampoco se arrepentiría de ello cuando las cartas ya estaban en la mesa y todo lo que le quedaba era hacer su jugada. Así como todos los presentes esa noche, Félix lo hizo por igual, es solo que a él le gustaba un enfoque más directo, sin la necesidad de tantos jugueteos innecesarios que a final de cuentas no valdrían para nada. Si la balanza se atrevía a inclinarse, aunque fuese muy mínimamente hacia el costado contrario, chance es que el resto se vendría de ese mismo lado también.

Félix resopló, sintiendo cuán liso era el papel entre sus dedos, la tinta negra delicada en escritura, fina, levemente cursiva. Hasta arriba estaba un simple querido Félix.

Escuché por medio de mis pajaritos que sufriste un accidente durante un enfrentamiento a las afueras de la ciudad menor de Meridiano, lo que parece haberte llevado de vuelta a Marley. Traté de indagar un poco más acerca de lo ocurrido, pero no había mucha información que pudieran darme pertinente a lo ocurrido, lo que me llevó a pensar que, quizás, era hora de que me comunicase directamente contigo.

Logré saber por medio de mis escasas fuentes que decidiste repentinamente salvarle la vida a uno de tus compañeros y que tus acciones consiguieron mantenerte fuera de servicio en el futuro inmediato mientras te recuperas. Permíteme ser la primera en decir que estoy bastante sorprendida de tu acto de buena fe, especialmente después de nuestra pequeña charla la última vez que logramos vernos cara a cara.

De nuestras pocas interacciones, pero de nuestras abundantes cartas, lo cierto es que no te creí capaz de poner tu vida en riesgo a cambio de salvar otra, y la verdad es que pensaba de ti todo lo contrario. Cuando pienso en ti, no me imagino al rudo soldado que quizás debas ser cuando no llevas puesta ropa elegante y champús con olor a flores. Tal vez haya sido un error mío el quedarme con la impresión que Willy quería que dieras, ya que asumí que la mirada hambrienta en tus ojos coincidía con la mía en cantidades iguales, y que ambos perseguíamos un objetivo en común, estando aquí en este mundo al que hemos llegado a conocer como nuestro hogar, pero las apariencias engañan. Vi en ti lo que mi padre me dijo en una ocasión que vio en mí, pero el egoísmo es un buen aspecto en las personas más veces de las que no. Sin embargo, a ti te sienta de maravilla.

Mi carta puede parecerte un poco inesperada, pero yo también he llegado a considerarte un amigo mío muy querido, quizás algo más que eso. Eres un hombre tentador, lo admito, uno que parece tener una inclinación por ofrecer tratos y extender ofertas amables a aquellos que consideras dignos de ellos. Por lo tanto, consideré que era hora de darte una respuesta.

Friend of the Devil ━shingeki no kyojinTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang