47. Todo estará bien

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CAPÍTULO CUARENTA Y SIETETODO ESTARÁ BIEN━━━━━━━━┓ * ┏━━━━━━━━

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CAPÍTULO CUARENTA Y SIETE
TODO ESTARÁ BIEN
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Sus pasos resonaban desde antes de que llegaran, pero Hange los vio venir de cualquier manera; el hombre al frente jadeaba y sudaba y las ropas se le pegaban al cuerpo con cada paso que corría.

—¡Oi, idiota! —gritó uno de los hombres con el unicornio en la chaqueta—. ¡Ahí no hay salida!

—¡Vamos chicos, lo tenemos! ¡Atrapémoslo ahí!

Hange se asomó un poco por el borde del tejado, tratando de ver pero de no ser vista. Abajo, el hombre de cabello rojizo tropezó pero siguió andando, dando una vuelta en la calle junto al edificio sobre el que se hallaba. Mala suerte que no era nada menos que un callejón.

Suspirando, Hange se desplomó por el borde con sus ganchos atorados en la parte superior y sus zapatos, que resbalaban contra el concreto en las casas en un intento por mantenerla sujeta y firme, chirriaron suavemente mientras más descendía.

Allí abajo, el hombre lucía como una manchita muy pequeña como para ser un gran problema, pero Hange sabía mejor. Años en la Legión de Reconocimiento, bajo el mando de un hombre como Erwin Smith, te servía para ponerte al tanto de absolutamente todo detalle en el que pudieras poner tus ojos.

Sus brazos se cerraron alrededor del torso del hombre y su mano libre fue a parar a su boca en el momento en el que tiró de ellos hacia arriba, el sonido de un grito siendo ahogado contra la palma de su mano. El viento se sentía como un latigazo contra su rostro cuando llegaron al tope del tejado, las duelas desprendidas crujiendo bajo sus pies cuando Hange tiró de ambos hacia atrás al escuchar las voces y los pasos de la Policía Militar en la calle yéndose hacia otra dirección.

El pelirrojo con ella tropezó hacia atrás y cayó en su trasero con dureza. Hange, jadeando un poco, se enderezó y echó un vistazo hacia abajo a la calle y por la que se alejaban los otros tres hombres. La castaña tiró la cabeza hacia atrás y respiró hondo, permitiendo que aire fresco le entrara a los pulmones con tanta fuerza que fuera capaz de ahogarla.

Después, se enderezó y giró hacia atrás, en donde el chico Reeves parecía estar en el medio de una epifanía basada en rescates riesgosos y persecuciones que sin dudas te dejaban sin una pizca de aliento.

—Eres el hijo de Reeves, ¿cierto? ¿Cómo te llamas?

—Flegel.

A pesar de que sentía el rostro un poco tenso, Hange consiguió sonreír al menos lo mínimo.

—Encantada, Flegel. Soy Hange Zoe.

A Flegel le caían gruesas gotas de sudor por la frente que bajaban y bajaban y le corrían por los costados del rostro con velocidad. El caluroso día solo ahondaba en el bochorno que sentía calando sobre sus ropas, y por un breve segundo, Hange se preguntó si quizás Levi estaría sintiendo el mismo cansancio que ella.

Friend of the Devil ━shingeki no kyojinWhere stories live. Discover now