36. Persecuciones

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CAPÍTULO TREINTA Y SEISPERSECUCIONES━━━━━━━━┓ * ┏━━━━━━━━

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CAPÍTULO TREINTA Y SEIS
PERSECUCIONES
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Las celdas bajo la sede en Stohess eran oscuras, frías.

Era un lugar oscuro rodeado de nada más que soledad, hundido en una helada sensación de vacío que se te aferraba al cuerpo y solo desaparecía si salías de esas catacumbas y era el sol quien te daba la bienvenida.

Un suave, casi silencioso quejido surgió de una de las celdas, pero la oscuridad era mucha y las antorchas iluminaban solo el tramo por el que andaban. Aún así, Félix se giró para tratar de ver entre la penumbra a quien fuera que se encontrara allí abajo con ellos.

—Déjalo, chico —le dijo Kenny, que iba al frente suyo—. No vale la pena. Mejor háblame de nuestra presa.

—Era parte de la Legión, de la generación en la que Historia se graduó. No me dijo mucho pero su nombre es Ymir, tiene más de setenta años y volvió a los muros tras escapar de Reiner Braun y Bertolt Hoover.

Kenny se detuvo tan de golpe que incluso él se estrelló contra su espalda. Félix retrocedió mientras se tallaba la nariz con la mano y se ladeó un poco para poder ver el rostro de su capitán.

Era ridículo porque el hombre insistía en usar ese viejo sombrero incluso en interiores, pero por una vez pudo ver realmente lo que pasaba por su rostro normalmente torcido en una mueca burlona; había shock ahí, quizás también un poco de incredulidad. Kenny se giró hacia él con las cejas fruncidas.

—¿Setenta años?

Él se encogió de hombros, porque honestamente tampoco comprendía ni pío de lo que la chica Ymir escupía.

Kenny gruñó algo que parecía ser una maldición y se giró para continuar por el estrecho pasillo pobremente iluminado hacia la celda más alejada, en donde Félix en persona había lanzado a la tal Ymir luego de abandonar la residencia Jovan la otra noche.

El rechinar de sus botas parecía ser el único ruido allí abajo, a excepción de esos quejidos de hace rato y la queda, casi inexistente respiración de la otra inquilina del sitio.

La última celda era la peor iluminada, y la que más al fondo se hallaba. Ahí abajo olía a olvidado, como si un ático hubiera sido desprovisto de toda la basura que las familias almacenaban ahí.

—Ah, esta es.

Ymir estaba recargada contra los barrotes, su cabeza aplastada entre dos de ellos lo que ocasionaba que sus mejillas se volvieran como dos almohadones. Las pecas que se esparcían sobre su rostro parecían partículas diminutas de tierra que le ensuciaban la cara, y la manera en la que los miró apenas se acercaron a la celda, bueno.

Ella le dedicó una amarga sonrisa apenas hizo contacto visual.

—¿Y éste quién es?

—Kenny, su capitán —respondió el Ackerman a pesar de que la pregunta había sido dirigida a Félix. Ymir arqueó sus dos cejas—. El chico aquí dice que eras de la Legión, ¿qué haces aquí y por qué seguías a Félix? ¿Te envió Erwin Smith?

Friend of the Devil ━shingeki no kyojinWhere stories live. Discover now