Era temprano por la mañana de un viernes nublado, tenía clases pero iban a terminar temprano porque los maestros ya estarían pasando las calificaciones para entregarlas el lunes de la próxima semana. Ya se había bañado y puesto su uniforme, ahora caminaba a la sala para desayunar con sus padres.
Dejó su bastón a un lado para que no le estorbara mientras comía todo su desayuno. No le estaba prestando casi nada de atención a sus padres por estar pensando en, prácticamente, nada.
Llevó un trozo de hotcake a su boca con cuidado y habló al escuchar a su madreㅡ ¿Iremos a casa de mi primo? ㅡ
ㅡ Claro, cumple veintisiete y tus tíos quieren hacerle una reunión sorpresa. Aunque van a ver sus horarios de trabajo, pero ya debemos empezar a ver las cosas para su pequeña fiesta. ㅡ
ㅡ ¿Aún no deja la empresa? ㅡ Escuchó la voz lejana de su padre.
ㅡ No, quizás pronto lo haga. Igual tiene un buen puesto. ㅡ Respondió, luego sintió la mano de su madre en su hombroㅡ ¿Quieres acompañarme a comprarle un regalo, mi amor? ㅡ
Asintió rápidamenteㅡ ¡Si quiero! ㅡ Sintió caricias en su abultado y despeinado cabello.
Escuchó a su padre acercarseㅡ Después de la escuela acompañas a tu madre. ㅡ Se inclinó para dejar un beso en la cabeza de su hijoㅡ Ve a peinarte y a lavarte los dientes porque se te va a hacer tarde. ㅡ
ㅡ Sí, papá. ㅡ
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Ese día TaeHyun se había despertado temprano por petición de su mamá y su papá, querían hablar con el coordinador para ver saber sobre el comportamiento de TaeHyun y luego con la directora para saber las calificación del mismo, sus padres no querían esperar al Lunes.
Veía a su madre acomodar su largo cabello rubio en una coleta alta, su padre hablaba con el coordinaron de quién sabe qué, ni siquiera podía escuchar por la distancia. Su mamá parecía sólo estar escuchando a su esposo, ya que no se metía en la conversación en lo más mínimo.
Miraba hacia la entrada del colegio, varios estudiantes ingresaban, algunos más grandes y otros más jóvenes. Cada quién iba a su propio salón, aunque otros se desviaban hacia la cafetería o hacia el patio. Suspiró agotado cuando vio a BeomGyu entrar.
Su cabello bien peinado y su uniforme perfectamente ordenado, su mochila colgando de sus dos hombros y su mano sujetando su bastón firmemente mientras lo frotaba en el suelo, con su mirada siempre hacia adelante. Iba hacia el salón, sabiendo de memoria el camino por el cuál debía ir para llegar.
