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Era como si el tiempo se detuviera por un instante y estaba enfrente de esa misteriosa tienda.
Dudó por un momento si debía o no pasar  dentro , pero Rérica no tenía miedo, algo le decía a sí misma que debía hacerlo. El misterioso chico que hace unos momentos la llamo por su nombre, le abrió la cortina y la hizo sentarse en una pequeña mesa.

—¿Gustas tomar algo de té?—dijo el chico esbozando una sonrisa.

—No, estoy bien así, creo que es mejor que me retire—algo arrepentida, decidió levantarse y en eso salió una chica de algunos 18 o 20 años y le llamo por su nombre.

—Kovitoba Rérica, llevo tiempo esperando por ti.

—¿Cómo es que saben mi nombre?—dijo con algo de temor.

—No temas, creo que es la única vez que nos veremos, vengo a leerte las cartas y a darte un mensaje.

—No me van mucho estás cosas, debo admitir que estoy algo curiosa pero...

—¿Pero? ¿Tienes miedo de que sea algo malo, verdad?

—Así es...

—He venido desde muy lejos, para poder guiarte, solo te pido que me escuches.

—No quiero que me malinterpretes, pero ¿como es que una pequeña como tú, me va a ayudar? Ustedes y yo estamos hablando con tanta familiaridad, que me asusta.

—Sabía que me dirías algo así. Solo confía en mí. Mi nombre es Henín, y recuerda que si un día necesitas ayuda o estás en algún aprieto, repite ALIUD EX ALIO MALUM.

—¿Ehh? ¿Cómo recordaré eso?

—Henín, no hay mucho tiempo—dijo el chico pelinegro.

—Esta bien Imanol, no tardaremos mucho. Rérica escoge dos cartas—le enseña el mazo que esta sobre la mesa y ella sigue las instrucciones.

—Listo—le enseña las cartas a Henín.

—La Luna y el sol... Hablan de un amor con el cual tendrás dificultades, tendrán que pasar muchas pruebas juntos, son tan opuestos que se atraen, hay conexión y magnetismo, Sentimientos sinceros entre ambos, pero si vemos el lado oscuro, también habla de miedos, dudas e inseguridades, te aviso desde ahora que   después de una época de felicidad pasará a una de dudas, cosas ocultas saldrán a la luz y debes estar preparada, son almas gemelas que estarán a prueba.

—¿Esto es mi futuro...?

—Recuerda, las cartas son una guía más no un destino, el destino puede cambiar, los hilos se enredan...

—Henín, ya no puedo más... La barrera del tiempo se va a romper, ¡Termina ya!—exclamó el chico con preocupación.

—¿Qué es lo que pasa?—dijo mientras Rérica empezaba a sentirse mareada.

—He cumplido mi deber Rérica, mucha suerte...—dijo la bruja mientras ponía una mano en la frente de la chica y todo se volvió oscuro.

Rérica después de un tiempo, abrió sus ojos y se dio cuenta que estaba parada en la entrada del festival y Rubén venía corriendo a lo lejos para encontrarse con ella.

—¡Rérica! Te estuve buscando querida, ¿Dónde te habías metido?

—¿Qué pasó?—dijo algo confundida.

—¿Te sientes bien?—dijo Rubén mientras tocaba su frente y se dió cuenta que estaba hirviendo de fiebre.

—Sí

—No, no estás bien Rérica.

—Claro que estoy bien, tenemos que aprovechar lo que resta de la tarde, mira ya estoy bien...—dijo mientras daba un paso y se tambaleaba, prontamente fue sujetada por él.

Bambiro's ClubDonde viven las historias. Descúbrelo ahora